Jorge Nieto 07-04-19

fue ministro durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski en dos carteras distintas. Se estrenó en la de Cultura, en julio de 2016, y de ahí pasó a Defensa. Su incursión en las lides gubernamentales, sin embargo, concluyó a inicios de 2018, tras el cuestionado indulto a Alberto Fujimori.

El analista político recibió a Perú21 en su casa, situada en un balneario sureño, un refugio apacible que le da la suficiente distancia y calma para leer, reflexionar y analizar la siempre turbulenta política nacional.

¿Cuál es su opinión sobre el voto de investidura al gabinete Del Solar? Solo 46 votos a favor que contrastan con los 48 que suman los votos en contra y las abstenciones. ¿Ha sido un voto de convicción, de compromiso? 

-Ha obtenido la investidura pero no la confianza y creo que ese es el sino con el que nació como primer ministro. Cuando lo nombraron lo que escuché fue una enorme interrogante: ¿estará capacitado?, ¿tendrá el liderazgo que se requiere? Lo que sentí es que el país aspiraba hondo, como cuando uno ve a un equilibrista cruzar la cuerda de un par de edificios altos y no sabe si la va a cruzar. Ese es el reto que tiene Salvador: necesita ganarse la confianza en su capacidad de conducción política. 

El primer ministro presentó una política de gobierno basada en cinco ejes como integridad, crecimiento económico, fortalecimiento institucional, etc. pero que son señalamientos repetitivos. ¿Cree que le faltaron medidas concretas? 

-Esos cinco puntos que articulan el mensaje son los mismos cinco puntos que articularon el discurso de César Villanueva. Ni una coma más, ni una coma menos. (…) No estaría mal, estamos hablando del mismo gobierno, pero en el discurso, Salvador expresó desde el comienzo un ánimo fundacional que requeriría tener un diagnóstico de refundación histórica y eso es lo que no ha habido. El discurso identifica con claridad dos sectores a los que se dirige Del Solar: uno es el de las mujeres, y quizás es la única área donde lleva no solo una propuesta, sino una acción: ese mismo día se aprobó la Política Nacional de Equidad de Género, y el otro sector son los jóvenes desde el comienzo hasta el final, pero desde el comienzo hasta el final no hay ninguna política específica para ellos.

La aprobación del presidente Martín Vizcarra ha bajado. El año pasado tuvo una aprobación históricamente alta y el tema de la lucha anticorrupción, que era su principal bandera, parece que se ha diluido… 

-Sigue teniendo una popularidad significativa. Ha bajado mucho en los últimos dos meses y eso para él es un problema porque casi el único soporte sólido y consistente que él tiene –carente de bancada, de sólidos aliados en las regiones, aunque veo buena relación con el alcalde de Lima– es el apoyo de la población. Para él tiene que ser una preocupación constante sostener ese apoyo, pero no basta con eso. Tiene que arriesgar iniciativas que le permitan gestionar y hacer obras de gobierno. Hasta ahora bastaba con la lucha anticorrupción (…) pero, como es normal, después de un tiempo es clara la demanda de seguridad, de servicios de salud, educación, reconstrucción del norte; (…) esa es la parte en la que el gobierno no ha tenido reacción rápida y eficaz y es la que le está pasando factura. 

Una crítica recurrente es que se guía mucho por las encuestas. ¿Ud. comparte ese punto de vista? 

-Si uno mira el escenario mundial, hay cinco presidentes con alta aprobación. El primero es Rodrigo Duterte, de Filipinas, cuyas políticas no son para nada de mi agrado. El segundo es el actual líder de Portugal caracterizado por un acercamiento emocional con la gente. El tercero es Putin. El cuarto es Manuel López Obrador, de México, y el quinto es Vizcarra. Está bien que al presidente le importe su popularidad, es casi el único sostén que tiene, pero no puede ser lo único. Justamente la habilidad política del hombre de Estado es ver cómo sostengo mi popularidad y, al mismo tiempo, invierto parte de ella en medidas de gobierno que me permitan resolver problemas…

Mencionó que Salvador del Solar se ha ganado la investidura, pero no la confianza. ¿El premier tiene su confianza como ciudadano? 

-Él tiene un reto en el cortísimo plazo que es Las Bambas. (…) Ahora que ha habido negligencia en relación al conflicto, me parece claro y no solo del gobierno. Cuando empieza el conflicto, la empresa dice: ‘Este es un asunto entre la comunidad y el gobierno’; el gobierno dice: ‘Este es un asunto entre privados, empresa y comunidad’ y la comunidad dice: ‘Este es un asunto que tienen que resolverlo la comunidad y la empresa’. Ninguno de los actores implicados se veía a sí mismo como protagónico de la solución. Felizmente esa parte ya acabó, pero nos indica cómo llegamos al conflicto. 

El caso de Las Bambas no es el único relacionado a industrias extractivas. Hace poco se dio también la toma del Lote 95. En Loreto ya hay voces políticas construyendo una agenda antiextractivista. ¿Ese discurso puede tener un rol dominante en las próximas elecciones? 

-Lo singular de Las Bambas es que no es una confrontación entre el modo de vida agrario y minero; los comuneros han aceptado las minas y están negociando sobre los réditos de la actividad minera. (…) Yo no veo que haya espacio para un discurso de ese tipo, pero sí creo que ideas de ese tipo pueden venir envueltas en un extremismo de base étnica; es un tema que está a flor de piel en una sociedad racista, segregadora, discriminadora; hay sentimientos que pueden ser rápidamente movilizados por liderazgos políticos que sepan tocarlos adecuadamente. 

Otro tema ausente en el mensaje de Del Solar fue la reforma política. La Comisión Tuesta presentó una propuesta y el premier afirma que presentará los proyectos para su implementación. ¿Estamos a tiempo de llevarlas adelante? 

-Que se necesita una reforma política en este país no tengo la menor duda, viene siendo pedida a gritos por el sistema político y la sociedad de distintas maneras. (…) Me parece que cometeríamos un error si queremos producir una reforma política a empujones. Una reforma política requiere debate, creación de consensos, discusión muy amplia. He leído y estudiado en detalle el documento, son 404 páginas. Creo que hay un problema que me gustaría colocar en la discusión: ¿se puede construir instituciones democráticas burlando la soberanía popular? Yo estoy de acuerdo con la bicameralidad, pero hay una votación (del referéndum), el 80% de electores ha dicho no a la bicameralidad. Tiene que haber una manera de consulta a la población y un esfuerzo de discusión y convencimiento de la opinión mayoritaria porque si no, repetiríamos el mal de nuestra república que son instituciones que crecen distantes, lejanas y muchas veces en contra de la sociedad. 

¿Hace bien el gobierno, entonces, en tomarse su tiempo y no apurar el paso? 

-Haría mejor si propusiera y abriera un espacio de debate. Hay otras medidas que deben ser discutidas. La Comisión Tuesta propone que la elección de congresistas sea en segunda vuelta, cuando ya están definidas las dos candidaturas que pasan a disputar la Presidencia. No sé si la comisión se ha puesto en el caso de que se gane en primera vuelta. ¿Cómo se elegiría al Congreso? Esa propuesta es profundamente equivocada porque vamos a elegir un Congreso de polarización política y de subrepresentación de diversidad social y política. Apliquen esa propuesta a 2016: hubiéramos tenido una bancada de Fuerza Popular probablemente un poquito más grande, una bancada de PpK significativamente más grande, pero no hubieran estado el Apra, AP, posiblemente tampoco APP, y sí, sin duda, la izquierda. ¿Un Congreso así representa la pluralidad política del país? 

¿Hay razones para ser optimistas en que en 2021 salgamos fortalecidos y caminemos en una dirección positiva? 

-Vamos en una dirección positiva pese a todos los problemas. Somos una república joven que recién va a cumplir 200 años, pero somos una sociedad milenaria. Detrás nuestro hay 10 mil años de historia y ahí están actuando, en barrios, sociedades, en la ciudad, en nuestros sentimientos, en nuestra manera de percibir el mundo. Construimos una civilización, hay solo siete países en el mundo que pueden decir eso, el Perú es uno de ellos. Países como este, con ese fondo histórico, con esa creación cultural civilizatoria, con el vigor que uno observa en los barrios, pese a todas las dificultades, son países perennes, no se destruyen o, en todo caso, no tan fácil. Yo no veo el Perú con pesimismo. Si lo viera con pesimismo, yo no hubiera regresado. Estaba muy bien donde estaba, pero hace cinco seis años tomé la decisión de regresar no solo porque veía con optimismo mi país, sino porque es mi país. 

¿Le interesa tener participación política más activa? 

-La tengo con ustedes, estoy haciendo lo que puedo hacer: opinar, sugerir, proponer, pero dada la situación de crisis ética y moral en la que está sumida nuestra clase política, necesitamos que gente de todos los sectores, que nunca ha asumido compromisos abiertamente, los asuma para consolidar ese futuro esperanzador. 

Jorge Nieto se pronunció por tragedia en la playa Marbella. (Perú21)
Jorge Nieto se pronunció por tragedia en la playa Marbella. (Perú21)

¿Aspira a la Presidencia de la República? 

-No hay político honesto al que le hagas la pregunta y responda con honestidad. Todos van a decir: “Bueno, si las circunstancias…, realmente no lo creo, si la gente me lo dijera...”. 

¿Y Ud. qué va a decir? 

-(Sonríe). Todo político aspira a la Presidencia si tiene convicción en sí mismo, ha estudiado y trabajado suficientemente para formar sus capacidades, si tiene liderazgo y talento para ejercerlo. Todo político aspira a la Presidencia, pero no es un acto de vanidad. Asumir una decisión de esa naturaleza es un acto de responsabilidad y tiene que ser muy bien sopesado; el problema es que tenemos muchas candidaturas que son actos de vanidad. 

¿Cómo se definiría Jorge Nieto como candidato? 

-Si lo fuera… te lo diría (risas). 

Le doy ahora los nombres de unos políticos para que usted los defina. Ha trabajado con Martín Vizcarra, él era ministro de Transportes siendo usted titular de Cultura en el gobierno de Kuczynski... 

-Cautela. 

¿Es un líder? 

-Ha sido gobernador. 

Alan García… 

-Mucho talento político desperdiciado para la historia política de país. 

George Forsyth, ¿le ve posibilidades para 2021? 

-Ojalá que retoñe. No aceleremos procesos; la gente tiene que saber medir bien sus tiempos, sus circunstancias, sus momentos.

Jorge Muñoz… 

-Está yendo en la dirección de ser un buen alcalde de Lima. 

Julio Guzmán…

-Un candidato.

Alfredo Barnechea…

-Otro candidato.

Keiko Fujimori…

-Tiene que resolver sus problemas judiciales.

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