Jaime Bayly
Jaime Bayly

Redacción PERÚ21

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En elecciones pasadas,  hizo conocer sus deseos de llegar a Palacio de Gobierno. Se acercaban las elecciones de 2011 y la idea fue tomando fuerza; sin embargo, de un momento a otro todo se desinfló.

En 2013, nuevamente mostró sus intenciones y parecía que ahora sí tomaría tal decisión pero de nuevo desistió. Años después de aquel episodio, el escritor cuenta que fue por falta de fondos, aunque revela que recibió una tentadora propuesta. 

"Yo podría estar en la cárcel", es el nombre de su Bayly comienza resumiendo cómo poco a poco fue considerando con mayor seriedad la idea de convertirse en candidato presidencial. Recordemos que por aquel entonces poseía un programa televisivo, además de distintas apariciones en medios periodísticos.

Tras narrar que cuando mostró sus intenciones de llegar a Palacio hasta cuatro partidos políticos lo buscaron, pero se enfrentó a un problema: el dinero para financiar su campaña. 

"¿Con qué plata financiaría la campaña? ¿De dónde saldrían los tres o cuatro millones de dólares como mínimo, que todos me decían que serían necesarios para solventar una campaña publicitaria competitiva, con anuncios en la radio y televisión, y mítines en todo el país? ¿Quién sería el mecenas, el padrino en la sombra, el que giraría los cheques?", cuenta en la columna.

El escritor narra que personas cercanas a él intentaron ayudarlo y para eso convocaron a una cena "muy discreta, en un club exclusivo, a diez de los más poderosos empresarios del país". La reunión; sin embargo, resaltaría por un ofrecimiento que le harían después.

El autor de 'No se lo digas a nadie' y 'El canalla sentimental" dice que al terminar la cena "un señor de origen brasilero, encantador, representante de una poderosa empresa constructora que hacía negocios millonarios con todos los gobiernos de mi país y la región, me hizo saber, en un aparte, con exquisitos modales que ellos estarían dispuestos, y hasta encantados, de financiarme la campaña, costase lo que costase".

Pero lo que más le llamó la atención —cuenta Bayly— fue la condición que le impuso aquel hombre: "(...) pero, y esto lo dijo con un guiño pícaro y una media sonrisa muy profesional, todo lo que me diesen para llevarme al poder sería considerado luego un adelanto, una deuda a saldar, una cuenta pendiente".

Jayme Bayly cuenta que, a pesar de la insistencia de su amigo, que le indicó que los demás candidatos sí aceptarían tal ofrecimiento, tuvo que rechazar la oferta. Le dijo al brasilero que "no me gusta deberle plata a nadie". 

El también periodista señala, además, que por ese entonces nunca pensó que aquel hombre brasileño terminaría delatando a otros personajes años más tarde. 

El escritor cuenta que a estas alturas se alegra de no haber recibido el ofrecimiento de dinero y de estar convencido de que si alguna vez se convertiría en candidato sería solo cuando alcance los fondos suficientes para costearse su campaña.

"Eso me salvó. Si hubiésemos aceptado la donación del factótum brasilero, como hicieron otros candidatos que ahora están presos, yo estaría en una mazmorra, a no dudarlo", escribe en la columna de Infobae.

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