Martín Vizcarra y el ministro de Defensa, José Huerta, respaldaron campaña contra el machismo. (GEC)
Martín Vizcarra y el ministro de Defensa, José Huerta, respaldaron campaña contra el machismo. (GEC)

Sin medias tintas contra el machismo. La innecesaria polémica que ha desatado el uso de mandiles rosados por parte de miembros de las Fuerzas Armadas, para apoyar simbólicamente la campaña del Ministerio de la Mujer contra la violencia de género, motivó que el mandatario rechace los “estereotipos machistas” que la cuestionan.

“Si me pongo un mandil de color rosado, ¿dejo de ser presidente? (...) Estamos estereotipando y eso es lo que queremos cambiar. En el Perú valemos por lo que somos, no por lo que usamos”, afirmó.

La discusión sobre esta vestimenta se viene prolongando desde el pasado martes luego de que personal del Ejército participara en una actividad en la que también intervino el general EP Manuel Gómez de la Torre, quien en medio de las críticas homofóbicas de diferentes sectores recibió el respaldo total del Gobierno.

“No podemos estereotipar en función a una vestimenta. (...) Dejemos de generar tanta polémica alrededor de un pedazo de tela, alrededor de un color, eso no vale”, enfatizó en esta línea el jefe de Estado.

El ministro de Defensa, José Huerta, también alzó su voz de protesta para respaldar a las fuerzas castrenses y su jefe del Estado Mayor del Ejército, quien, según dijo, ha sido “afectado en su dignidad”.

“Quiero resarcir la dignidad del general Gómez de la Torre y de todos los oficiales que estuvieron en una gran campaña de la no violencia contra la mujer”, indicó a la prensa.

Sobre si el Mindef brindará apoyo legal al alto mando militar, el ministro Huerta dijo que lo apoyarán contra quienes considere que lo hayan “vilipendiado” a él y su familia.

El ministro del Interior, Carlos Morán, se sumó al respaldo del Ejecutivo y destacó el “ejemplo” que brindan las Fuerzas Armadas y la PNP en las políticas de “igualdad y paridad de género”.

“En el Perú hay patrones socioculturales muy arraigados en cierta población que apuesta por el machismo. El machismo mata, el machismo golpea a nuestras mujeres, es una lucha constante”, dijo.

La cruda realidad
Mientras el debate de la campaña contra la violencia de género se concentra en los “mandiles rosados”, la reveló en la víspera cifras que solo confirman los daños colaterales que provoca esta problemática social.

En cuatro centros de formación militar se confirmó, luego de visitas inopinadas, que las alumnas son discriminadas y agredidas por su condición de mujer. Por ejemplo, en la escuela de San Bartolo, el 31% de estudiantes dijo haber sido víctima de violencia.

El 41% del Instituto de Educación Superior Tecnológico Público Naval-Citen confesó haber sido objeto de trato discriminatorio; en la Escuela de Avioneros, el 4% de las alumnas indicó que no le brindan agua adecuada para beber y el 42% señaló que no es suficiente.