La renuncia del congresista Gonzales a la presidencia de Ética se produce en un contexto de cuestionamientos al desempeño de dicha comisión. Un reciente informe de Transparencia mostró la escasa productividad y la forma tan laxa con que dicha comisión ha venido archivando una serie de denuncias a congresistas sin siquiera investigarlas, como ocurrió esta semana con la congresista Yesenia Ponce.
A Gonzales se le acusa de parcializarse y proteger a los miembros de su bancada Fuerza Popular.
Cabe recordar que antes renunció también el congresista Tapia, primer presidente de esta comisión, y que la mayoría de bancadas retiró a sus representantes.
Antes que nombrar un reemplazo, lo que corresponde es reestructurar la comisión, su conformación, la selección del personal técnico y sus procedimientos... Y hacerlo con apoyo externo. Es oportuno revisar si la presidencia debe recaer en alguien de la mayoría parlamentaria o de la oposición; incluso debatir la propuesta de que esta comisión esté integrada por ex parlamentarios y personalidades de intachable solvencia ética.