Si el Estado de Uruguay resuelve que hay fundamentos para dar el asilo al ex presidente Alan García, se solicitará al gobierno peruano un salvoconducto para que este pueda salir del país. Sin embargo, si el Perú se rehúsa, se replicará lo ocurrido entre nuestro país y Colombia, en 1949, por el asilo de Víctor Raúl Haya de la Torre, que llegó, incluso, a un litigio en la Corte de La Haya.
De ocurrir ello, nuevamente, se generaría una situación diplomática enormemente compleja para el gobierno. Además, Uruguay también puede rehusarse a entregarlo.
El gobierno uruguayo no tiene plazo para pronunciarse. Tiene que estudiar bien el asunto y esperar la respuesta peruana, pero, evidentemente, desde el punto de vista del exterior, tener a la lideresa de la oposición en prisión preventiva puede ayudarle a García.