¿Qué le pareció el despliegue de los funerales de Alberto Fujimori?
Ha terminado resultando un desagravio. Fue una despedida pública y de Estado que considero apropiada.
¿La inscripción del patriarca en Fuerza Popular acabará con la división en el fujimorismo?
En casi todos los partidos del mundo hay por lo menos dos tendencias. La idea del partido monolítico sin corrientes y sin tendencias es una utopía. En todo partido tiene que haber posiciones y tendencias. Y en el fujimorismo, por lo menos, debe haber dos. Eso va a continuar más o menos fuerte. Me parece natural. Cuando un partido está vivo, hay tendencias. En Acción Popular tenías a los carlistas, los violeteros… Lo monolítico no existe. La gran pregunta es si realmente la muerte de Fujimori puso fin a una etapa de la historia del Perú. Si para muchísimos seguidores ha sido el fin de una etapa y están dispuestos ya a mirar al fujimorismo como una cosa de su pasado y proyectarse sobre otras alternativas hacia el futuro, no necesariamente la lealtad hacia el presidente y su familia.
Mira: ¿Hacia dónde va el fujimorismo tras la muerte de su líder histórico?
¿Por ahí debe ir la campaña? Mirar al futuro...
Bueno, en este momento Fuerza Popular ha tomado el camino contrario, que es abrazarse a la figura de Fujimori. Alberto Fujimori ahora ya es un mito, y el mito a veces es más fácil que la persona viva. Me parece que el partido ha tomado el camino del mito o del legado. Y no creo que vaya a ser distinto en la campaña.
¿Cree que el fujimorismo ha perdido pueblo? ¿Se ha vuelto muy establishment, muy congresal?
Lamentablemente, hace mucho tiempo que el fujimorismo ha ido perdiendo pueblo. Desde el momento en el cual se purgó a Absalón Vásquez, el sector popular del fujimorismo empezó a ser arrinconado, apartado, reducido y achicado. Eso, para mí, es uno de los elementos más negativos y que han impedido que lograra romper el techo del 40% en primera vuelta. Y eso con el tiempo, en vez de hacerse menos visible, se ha ido haciendo más visible.
Han surgido partidos de derecha popular o centro derecha que podrían competirle algunas bases. Incluso Avanza País, donde usted milita.
Hay que ver dos fechas. El 2016, el fujimorismo casi solo reunía a toda la derecha, y en la primera vuelta obtiene un 39%. El 2021, las derechas se separan y el fujimorismo, como una derecha popular, tiene 13%. La derecha cristiana de López Aliaga tiene 12%. Y una derecha más económica liberal de De Soto tiene 11%. Y si uno hace la suma de las tres derechas tiene lo que Keiko Fujimori tenía en 2016. Es decir, lo que implosiona es la estructura del fujimorismo tradicional. Y eso se ha venido desgastando.
Ha habido renuncias importantes en Avanza País.
Los partidos tienen procesos de crecimiento o de decrecimiento. Avanza País tiene dos procesos electorales importantes que enfrentar en 2026. Tenía una pequeña composición municipal y una relativamente pequeña composición parlamentaria. Tenía que abrirse. Es lo que la dirigencia ha buscado. Eso a veces cuestiona a personas que estaban cómodas. Algunos consideraron que tenían que irse, otros que tenían que ingresar. Mientras se desarrolle de una manera respetuosa, no veo ningún problema.
¿El partido es muy conservador para Carlos Bruce?
He conversado con él. Es una persona muy dialogante. Lo percibe y lo puede haber comentado ante una pregunta, pero no creo que lo vaya a poner en esos planos. Es un hombre pragmático. Y creo que cuando vaya a enfrentar su reto municipal lo va a hacer con personas de distintas tendencias. Puede haber habido un conjunto de evaluaciones que han sido las que lo han llevado a tomar esa decisión. No creo que está solo enfocado en un eje. Probablemente, hay un conjunto de factores.
“Hay 40 inscripciones, pero no todas son partidos”
Fue candidato a la alcaldía de Lima. ¿Repetirá?
Mi etapa municipal terminó hace buen tiempo.
La trama de Andrés Hurtado parece tener ramificaciones por todos lados.
No sabemos aún todas las aristas. Es algo más grande de lo que nosotros pensamos. Es la punta del iceberg de un escándalo que es transversal a la justicia, al espectáculo, a los negocios y a muchas cosas ilegales. Se ha tocado un nervio y pronto vamos a saber más.
¿Qué le suscita las diferencias entre Añaños y el dueño del partido Perú Moderno?
Se dice que hay 40 partidos. Hay 40 inscripciones, pero no todas son partidos; no desde un punto de vista formal legal, sino desde un punto de vista real. Muchos creen que la inscripción vuelve a una organización nominal una realidad política y ese error es de personas bien intencionadas, pero sin experiencia. Es muy probable que situaciones como la de Perú Moderno, que no son nada deseables y son lamentables, se pueden reproducir en más casos.
¿Avanza País aspira a ser un partido real?
Avanza País es un pequeño partido, no es todavía un gran partido. Tiene los elementos esenciales que lo separan de una etiqueta legal. Ha tenido alcaldes y parlamentarios, ha participado en elecciones. Tiene una experiencia que le permite avanzar hacia proyectos más grandes. Tiene limitaciones, como todas las organizaciones políticas, porque la legislación partidaria está hecha para entorpecer. Pero hay un germen, una voluntad, un equipo, una convocatoria y un deseo de sumar voluntades. Si un partido no tiene deseo de sumar voluntades, no es un partido.
¿Qué temas deben plantearse al 2026?
Otro de los graves errores del sistema partidario electoral es que todo es prematuro. Muchas personas verán unos temas que a la larga no serán los temas de la campaña. Adelantarse es errar. El calendario de los organismos electorales no es el de los electores.
Óscar Becerra, Phillip Butters, Ángel Delgado, usted… ¿son derecha conservadora?
Se está planteando más un frente que un partido monolítico: convocar a personas honorables con trayectoria de respetabilidad. La doctrina no le importa sustancialmente ni al elector ni al militante. Algunos tenemos valores tradicionales, pero no es obstáculo para que entren personas más liberales o con posiciones diferentes.
Es pronto para el 2026, pero el impedimento de viaje a Boluarte podría acelerar todo.
Me ha sorprendido esta primera ruptura entre el Parlamento, anterior sostén del Ejecutivo, y el Ejecutivo. No me lo esperaba. Es una señal de que puede haber una turbulencia entre los poderes del Estado. También es cierto que la señora Boluarte hace todo lo posible por tener un desgaste acelerado, por los desaciertos de sus palabras y de sus actos.
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