Redacción PERÚ21

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La ubicación del ex gobernador regional del Callao,, continúa siendo un misterio. por el, el político se mantiene en la clandestinidad e incluso la Interpol ha emitido una notificación roja para su búsqueda y detención.

Lejos del poder que lo mantuvo en los municipios y gobiernos regionales por varios años, Moreno ahora es intensamente buscado y por su paradero se ofrece hasta 20 mil. Un panorama distinto al que mantenía hace más un año cuando incluso se animó a afirmar que nunca evadiría la justicia. 

A comienzos de junio de 2017,  la Primera Sala Penal de Apelaciones revocó la orden de prisión preventiva de 18 meses que venía cumpliendo Moreno por el caso Odebrecht desde abril. Envalentonado, a su salida de prisión dijo que él es el primer interesado en "limpiar su nombre".

"Vamos a colaborar en todo momento con el Ministerio Público y el Poder Judicial. Nunca nos hemos corrido de la justicia. Tengo 19 años de ejercicio público, de ser alcalde distrital, provincial y gobernador regional y nunca nos hemos corrido. Tengo 4 investigaciones fiscales que las afrontamos siempre. Nunca nos hemos corrido ni nos hemos negado a acudir. Siempre hemos acudido a todas las diligencias salvo que haya una enfermedad o fuerza mayor", dijo frente a la prensa que lo esperaba.

En aquel entonces, el juez cambió la con lo cual quedaba impedido de salir del país. Casi un año después vemos que se trató de una mala decisión.

"Soy el más interesado en que esto se esclarezca. El perjudicado soy yo y quiero contribuir con la justicia y nunca me he corrido. Antes de la audiencia del 8 de abril (en la cual se le dictó prisión preventiva) decían que estaba en Italia, pero estuve aquel día desde las ocho de la mañana esperando el fallo del juez. No tengo ningún inconveniente en dar apoyo, yo no me voy a correr, nunca me he corrido", volvió a asegurar.

"Quiero limpiar mi apellido, quiero limpiar a mis hijos y no me voy a correr.  Tengo arraigo, tengo domicilio propio, tengo familia", agregó, buscando reiterar que afrontaría cualquier juicio sin "correrse".

Dieciocho meses después vemos que Félix Moreno faltó a su palabra y sí se corrió. No le importó su domicilio, su arraigo e incluso, su familia. De todas formas se fugó.  Queda entonces en las autoridades el conocer el desenlace de esta historia.