“Soy la más odiada”
La telenovela protagonizada por la congresista Digna Calle (Podemos) registró ayer un capítulo más. “Soy la más odiada del Congreso”, dijo al sustentar por qué es blanco de críticas desde otras bancadas. Según Calle, que en temas extralegislativos sí se pone las pilas, la odian porque ella se opuso al acuerdo para que todos los otorongos se aumenten el sueldo y se asignen un bono especial.
“Le lloraba a mi esposo”
Pero no fue lo único. Luego la emprendió de manera concreta contra el legislador Alejandro Cavero, de Avanza País. “Él le rogaba a todo el mundo para ocupar el cargo que dejó en la Mesa Directiva Wilmar Elera. Buscaba a mi esposo Aron... Le fue a llorar a él y al hijo de César Acuña (Richard Acuña) para subir a la Mesa. Por eso se siente incómodo, porque nadie le hizo caso”. Tremendo misil tenía que tener una respuesta...
Pero si son solo 2 gatos...
Cavero, que anda muy fosforito en los últimos días, le respondió de inmediato en su cuenta de Twitter. “A tu esposo qué le voy a llorar, si ustedes son solo 2 votos en el Congreso... jaja. Por lo menos yo no hubiera renunciado desde Estados Unidos y hubiera ido a trabajar al Congreso. Desconfíen de los políticos que dicen que no cobran sueldo porque seguro viven de sus negociados”. Bueno, bueno. Ya basta de circo.
Un hombre en shock
Quien también anda en plan de víctima es el exministro del Interior Willy Huerta. En su presentación ante la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, Huerta aseguró, una y otra vez, que no sabía del golpe de Estado que daría el 7 de diciembre su entonces jefecito Pedro Castillo. “Así se burlen, debo decir que quedé casi en shock al escuchar el mensaje”, les dijo a los congresistas para intentar ganar alguito de credibilidad. Es más, citó parte de la declaración de una periodista de canal 7, que estuvo a cargo de la grabación del mensaje, en la que ella dijo: “El ministro es trigueño y en ese momento estaba blanco”. Vaya, vaya. Ahora todos son mansas palomas.
De la playa a la piscina
Cuando creíamos que no volveríamos a ver más intervenciones de congresistas desde la playa u otro lugar de relax, luego de la súbita y recordada aparición de Hernando Guerra García, ayer la historia se repitió aunque con diferente excusa. El parlamentario Germán Tacuri (Perú Libre) participó en una sesión de la Comisión de Relaciones Exteriores vía remota, peeero… desde una piscina. Luego, para barajarla, indicó que estaba en una terapia. ¡Qué estaremos pagando para merecer a estos tremendos padres de la patria!