La historia de militares peruanos que espían para otros países no es nueva. A finales de 2009,se denunció el caso de Víctor Ariza Mendoza, un suboficial de la Fuerza Aérea que vendía información clasificada a Chile por US$3,000 mensuales.
Uno de los documentos más importantes que entregó fue el Plan Estratégico al 2021 de la FAP, conocido como ‘Plan Quiñones’. Ariza fue sentenciado en 2010 a 35 años de prisión por el delito de traición a la patria y al pago de una reparación civil de S/.1 millón.
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En 1996, dos marinos –el cabo Santos Cruz y el técnico Holguer Morán– fueron condenados a 25 años de cárcel, por traición a la patria y espionaje. Ellos entregaron información a Ecuador.
En esta ocasión, tres marinos son investigados por supuestamente espiar por encargo de Chile. Sus casos se encuentran en el Tribunal Policial Militar, que amplió las pesquisas a un año.
Los implicados son:
- El técnico de telecomunicaciones Johnny Philco Borja, acusado de traición a la patria, infidencia y desobediencia
- El técnico de inteligencia Alfredo Domínguez, acusado de infidencia y desobediencia
- El técnico Alberto Gonzales, acusado de desobediencia
NO SABEN NADAEn tanto, Chile negó tener información sobre la denuncia de espionaje. «Me he comunicado con el canciller subrogante, Edgardo Riveros, y me ha dicho que no se ha recibido ninguna información oficial», expresó el ministro de Gobierno, Álvaro Elizalde.
Hace seis años, cuando salió a la luz el caso Víctor Ariza, el entonces canciller de Chile, Mariano Fernández, primero rechazó las acusaciones, pero la relación bilateral se tornó muy tensa.
Sin embargo, Santiago reconoció luego que dos agentes en retiro de la Fuerza Aérea tuvieron contacto con Ariza y se comprometió a apoyar las investigaciones de lo ocurrido.
