¿Cuál sería el escenario si excluyen a candidatos que lideran las preferencias? Percy Medina te lo explica. (Perú21)
¿Cuál sería el escenario si excluyen a candidatos que lideran las preferencias? Percy Medina te lo explica. (Perú21)

Redacción PERÚ21

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El jefe de la misión para el Perú del Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA) Internacional, Percy Medina, advierte en entrevista concedida a Perú21 que si el actual proceso electoral continúa desarrollándose con tropiezos, las autoridades que resulten elegidas en los comicios del próximo 10 de abril "tendrán menos legitimidad; por lo tanto, la gobernabilidad de los próximos cinco años será mucho más difícil".

¿Cómo advierte el panorama electoral con posibles exclusiones de candidatos que lideran las preferencias electorales?A menos de tres semanas hablar del retiro de candidatos se convierte en un tema preocupante porque no se puede pensar en que, a pocos días de la elección, no haya certeza sobre quiénes son efectivamente los candidatos. En ese sentido, creo que habría que dar paso no a este tipo de discusiones sino a las propuestas e ideas que cada candidato plantea.

¿En ese escenario imaginario de una eventual exclusión, se pondría en riesgo la legitimidad del proceso electoral?Sin duda alguna. El retiro de un par de candidatos con altísima preferencia electoral trastocaría por completo el proceso electoral porque dejaría a un porcentaje muy importante de electores sin candidatos. No se le puede decir al 50 por ciento de electores, a tres semanas de las elecciones, "búsquense a otros candidatos porque estos ya no están en el partidor". Evidentemente sería un cambio muy significativo de las condiciones del proceso si es que se retira candidatos a estas alturas.

¿Qué debería hacer el Jurado Nacional de Elecciones?Creo que las autoridades tienen que moverse con mucho cuidado, ser muy cuidadosas con sus decisiones, fundamentarlas adecuadamente para no interferir inadecuadamente en el proceso electoral. Y al mismo tiempo, generar certeza sobre lo que están decidiendo para que los ciudadanos sean conscientes de que se trata de decisiones que son basadas en el Derecho y que tienen el fundamento suficiente.

Que no se pongan en tela de juicio sus resoluciones porque se ha tratado de politizar algunas decisiones del Jurado…Yo creo que es muy malo que la población perciba que los entes electorales deciden con un razonamiento distinto del puramente jurídico. Es importante que las decisiones de los órganos electorales estén muy bien fundamentadas, sea cuales sean éstas, y, por otro lado, sea cuales sean éstas que sean respetadas por todos. Uno puede discrepar de una decisión pero no tiene sino que acatarla porque son los organismos electorales que hemos puesto a cargo de las elecciones y deben garantizar que estas se desarrollen adecuadamente para dar lugar a autoridades elegidas con legitimidad.

¿Esa legitimidad está en riesgo con esta situación de tachas, eventuales exclusiones y resoluciones que siguen cambiando el tablero de juego del proceso?Si el proceso sigue con dificultades y la ciudadanía le pierde la fe a las autoridades a cargo de este proceso y a los mecanismos utilizados para elegir, evidentemente las autoridades elegidas tendrán menos legitimidad; por lo tanto, la gobernabilidad de los próximos cinco años será mucho más difícil. Una autoridad elegida con déficit de legitimidad tiene menos posibilidad de garantizar la gobernabilidad que una autoridad elegida sin mancha alguna.

¿Qué lección nos deja esto? Nunca antes hemos tenido un proceso electoral en el que a poco más de dos semanas no se sepa a ciencia cierta quiénes serán los candidatos.Esta situación ha mostrado la fragilidad de la legislación electoral y que una vez culminado el proceso hace falta una evaluación muy exhaustiva de las normas que rigen la vida de partidos políticos y las normas que rigen las elecciones.

¿Esa debería ser la primera tarea del próximo Congreso?Sin duda alguna, evaluar la legislación sobre los partidos y la legislación electoral para dar lugar a reformas significativas que reordenen la vida política del país.