Familiares y miembros de la CVR cargan féretros con los restos de pobladores de Lucanamarca muertos en abril de 1983 por Sendero Luminoso. Los restos fueron exhumados de una fosa común. (Foto: AFP PHOTO/JAIME RAZURI)
Familiares y miembros de la CVR cargan féretros con los restos de pobladores de Lucanamarca muertos en abril de 1983 por Sendero Luminoso. Los restos fueron exhumados de una fosa común. (Foto: AFP PHOTO/JAIME RAZURI)

La masacre comenzó la mañana del domingo 3 de abril de 1983. Una columna con unos 60 terroristas de (SL) —armados con hachas, machetes, cuchillos y armas de fuego— se desplazaron a lo largo del distrito de Santiago de Lucanamarca (Ayacucho), dirigidos por Hildebrando Pérez Huarancca, quien años más tarde se convertiría en el suegro del hoy ministro de Trabajo, .

La orden de dar una ‘sanción ejemplar’ en Lucanamarca vino del propio sanguinario Abimael Guzmán. El trágico saldo final fue de 69 muertos, varios de ellos bebés, niños y gestantes que murieron descuartizados.

“Estaba uniformado de militar, llevaba dos pistolas, blanquiñoso (…) voz resonante como de mando militar, agarrado, no era gordo, era un profesor”, relató un testigo a la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), que, al igual que otros, identificó a Hildebrando Pérez Huarancca como el terrorista que dirigió el aniquilamiento. Otro de los cabecillas fue Víctor Quispe Palomino.

Los testimonios de los sobrevivientes son de terror, explícitos y dan cuenta del ensañamiento contra los pobladores que se negaban a plegarse al ‘pensamiento Gonzalo’.

“A los niños recién nacidos les habían sacado las tripas y pisado sus cabezas hasta que salgan sus sesos”, dijo uno de los testigos. “Aún con vida, tenía la boca partida por el hacha, parte de la masa encefálica estaba fuera del cráneo, porque su cabeza estaba partida en cuatro”, relató otro.

Hildebrando Pérez Huarancca no llegó a ser procesado por esa carnicería, y su paradero se convirtió en un misterio (algunos lo daban por muerto y otros aseguran que está en Europa). Sin embargo, antes de la masacre su nombre ya figuraba en los atestados policiales sobre atentados del grupo terrorista.

En uno de ellos, del 5 febrero de 1982, Pérez –entonces con 39 años– figura como uno de los autores de los ataques contra el Hotel de Turistas, a un vehículo del Banco de la Nación, entre otras entidades de Ayacucho. Nombres más abajo del suyo, figura nada menos que el de Iber Maraví, quien fue reportado entonces como “no habido”.

Atestado policial donde figuran Hildebrando Pérez e Iber Maraví en atentados de la organización terrorista Sendero Luminoso.
Atestado policial donde figuran Hildebrando Pérez e Iber Maraví en atentados de la organización terrorista Sendero Luminoso.

En los últimos días, el ahora titular de la cartera de Trabajo ha intentado deslindar de los atentados asegurando que en 1982 ya estaba estudiando en Ica. Sin embargo, los documentos se refieren a asaltos terroristas ocurridos entre 1980 y 1981. Maraví recién inició su carrera de derecho en abril del 82, la cual duró ocho años, como consta en su declaración ante el JNE.

Declaración jurada de Iber Maraví ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
Declaración jurada de Iber Maraví ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE).

¿Todo queda en familia?

Pero la relación de Maraví con el senderista Hildebrando Pérez va más allá de los atentados atribuidos en partes de la Policía. La Unidad de Investigación de Perú21 ha logrado confirmar documentalmente el vínculo familiar que une al ministro —al que el Congreso le entregó su confianza el viernes— con el monstruo de Lucanamarca.

Años más tarde de la masacre de Lucanamarca y de los otros atentados en Ayacucho, Iber Maraví contrajo matrimonio con Maria Sara Pérez Vallejo, quien es hija del desaparecido senderista y con quien se lleva 14 años de diferencia.

Iber Maraví junto a Maria Sara Pérez Vallejo.
Iber Maraví junto a Maria Sara Pérez Vallejo.

En los registros de la Sunarp, figuran en Ayacucho dos predios a nombre de Pérez Vallejo, ahora ya inactivos. Uno de ellos es la casa que adquirió su padre Hildebrando en 1977 junto a su esposa Teófila Vallejo Rodríguez, que ahora está registrada como viuda.

Inmueble de Hildebrando Pérez Huarancca y Teófila Vallejo Rodríguez registrado en Sunarp.
Inmueble de Hildebrando Pérez Huarancca y Teófila Vallejo Rodríguez registrado en Sunarp.

El otro inmueble se ubica en el mismo distrito, San Juan Bautista, y es el que adquirió Maria Pérez con el ministro Iber Maraví en 2010 cuando ambos estaban casados.

Iber Maraví y Maria Pérez, familiar directo de Hildebrando Pérez, adquirieron inmueble en 2010. En el documento quedó constancia de que estaban casados.
Iber Maraví y Maria Pérez, familiar directo de Hildebrando Pérez, adquirieron inmueble en 2010. En el documento quedó constancia de que estaban casados.

Sara Pérez Vallejo es docente en Huamanga y, junto a su madre, han respaldado como adherentes el Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), el brazo político de Sendero Luminoso, cuando buscó inscribirse como partido en 2011.

Los nombres y las firmas de ambas señoras han quedado plasmadas en las planillas que se presentó ante la autoridad electoral, que rechazó su inscripción por su ideología marxista, leninista, maoísta y de ‘pensamiento Gonzalo’.

Tanto Maria Pérez como su madre, Teófila Vallejo, suscribieron como adherentes los planillones del Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso.
Tanto Maria Pérez como su madre, Teófila Vallejo, suscribieron como adherentes los planillones del Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso.

Perú21 llegó ayer hasta el domicilio en Ayacucho de Pérez Vallejo que figura en el Reniec. Sin embargo, en el lugar nos indicaron que ya no vivía ahí. En tanto, el ministro de Trabajo, Iber Maraví, no respondió las llamadas ni los mensajes.

Maraví y Vallejo fueron sancionados con cese temporal por 31 días sin goce de remuneraciones al faltar a clases por la huelga nacional de docentes en 2018. Ambos apelaron la resolución, pero sus recursos fueron declarados infundados.

TENGA EN CUENTA

“Más de la mitad de las víctimas asesinadas eran personas que no poseían capacidad plena para defenderse”, concluye el informe de la CVR sobre Lucanamarca.

Ayer el documento, que comprende hechos ocurridos entre 1980 y 2000, cumplió 18 años desde su presentación.

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