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El discurso de Ollanta Humala fue uno de los más pobres en anuncios y medidas concretas. Pese a que se esperaba que el mandatario presente ante el Congreso de la República una línea clara sobre los que serán sus últimos 12 meses, solo se dedicó a realizar un recuento de las obras y programas sociales.
En lo que fue su último Mensaje a la Nación por 28 de julio, Ollanta Humala no dijo nada sobre las elecciones generales de 2016, ni sobre las medidas que tomará para que el proceso sea transparente, como se lo pidió la oposición, ni tampoco del clima de confrontación que vive el país.
Ollanta Humala no dedicó ni una línea de su discurso por Fiestas Patrias a realizar una autocrítica de sus 4 años de gobierno, ni tendió puentes con la oposición en un intento por mejorar su popularidad y fortalecer la gobernabilidad.
Tampoco mencionó nada sobre el detenido empresario Martín Belaunde Lossio, que protagoniza el mayor escándalo de su gobierno vinculado a la corrupción.
Otro tema ausente en su discurso fue el caso del espionaje y rastreo a cargo de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), que incluso provocó la caída de la ex premier Ana Jara.
Se olvidó también de los conflictos sociales (Conga, Tía María), del malestar de las provincias, de los problemas por los que atraviesa la regionalización y de la redistribución del canon minero. Dejó de lado, además, el anuncio del aumento del sueldo mínimo vital.
Ollanta Humala no llevó ningún proyecto para que sea discutido por el Congreso de la República en esta última etapa del quinquenio. No mencionó nada sobre los derechos humanos, ni la promoción de la cultura.
