La economía está en recuperación, el empleo está en una tendencia ascendente aunque no por calidad de empleo, ya que esta sigue siendo mala por la informalidad. Los buenos indicadores obedecen a dos factores: a la economía global le ha ido mejor de lo que nadie esperó y estamos teniendo un beneficio por los altos precios del cobre y el oro; es decir, tenemos vientos a favor que no tienen nada que ver con la política económica, sino con el desempeño de la economía global, y también hubo algo de obra pública, pero pareciera que eso no va a durar mucho.