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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Al parecer, el congresista Kenji Fujimori se ha vuelto un verdadero dolor de cabeza para Fuerza Popular, pues no son pocas las veces en las que el benjamín de los Fujimori Higuchi ha manifestado públicamente su discrepancia respecto de las decisiones políticas adoptadas por la bancada a la que pertenece.

Durante las últimas semanas hemos pasado de las columnas de opinión o los tuits provocadores a incursiones mediáticas en las que abiertamente marca distancia de la visión política de la bancada liderada por su hermana mayor. Lo que ayer parecía un simple acto de "rebeldía", hoy se delata como un serio problema al interior de Fuerza Popular.

Lo complicado para los naranjas no es la actitud de Kenji frente a su bancada, sino las consecuencias políticas de la misma, pues es manifiesto que el menor de los Fujimori es quien indirectamente viene marcando la pauta en la agenda política de Fuerza Popular y la de su hermana Keiko.

Ejemplo de lo anterior es la insistencia mediática del congresista Fujimori sobre la necesidad de "tender puentes políticos" con el Gobierno, pues esto es lo que le ha valido para que se le reconozca como el "gatillador" del diálogo entre el ppkausismo y la lideresa de Fuerza Popular.

Digamos que si Keiko Fujimori se adelantó al presidente Kuczynski en tomar la iniciativa de dialogar, no menos cierto es que se podría asumir que se vio obligada a impulsar esta reunión para no perder terreno político frente a Kenji. La bancada naranja ha descartado que el hermano menor de su lideresa haya tenido algo que ver con esta iniciativa, empero, la percepción ciudadana ha sido otra y en política eso marca una pequeña gran diferencia.

Es claro que Kenji ha empezado una campaña, ya sea para liberar a su padre congraciándose con el Gobierno o con miras a la Presidencia de la República, pero en ambos casos es evidente que no piensa hacerla con los actuales rostros del fujimorismo.