A partir de un artículo publicado en El Peruano por Xi Jinping, la izquierda peruana ha querido equiparar el comunismo chino con su par peruano. Sobre todo, porque el presidente chino citó a José Carlos Mariátegui, quien escribió que “la China está mucho más cerca de nosotros que Europa. La psicología de nuestro pueblo es de tinte más asiático que occidental” (‘La revolución china”, 1924).
Pero hay que leer el texto completo. Mariátegui se refería a que las masas explotadas en el Perú y en China no eran de naturaleza proletaria. Por ello, teorizó que el indígena (y no el proletario) era el verdadero motor de la futura revolución peruana. Era 1924 y centraba su análisis en el antiimperialista Kuomintang. JCM aún sintonizaba ideológicamente con el APRA. Fue recién en 1928 cuando Mariátegui rompió con Haya de la Torre por considerar que una alianza de clases anularía los objetivos de la revolución socialista. El paralelo es sintomático, pues fue un año después de que el Kuomintang (Partido Nacionalista Chino) de Chiang Kai-Shek rompiera con el PCCH (Partido Comunista Chino) de Mao Tse Tung.
Tras la muerte de JCM, su legado se distorsionó hasta llegar a la escisión del PCP-SL. El pensamiento Gonzalo se centró en el campesinado, en vez del proletariado. Sendero batió el campo y asesinó indígenas. Su ideología atea y ‘científica’ despreciaba las supersticiones de la religiosidad andina. Luego, Sendero acusó de “traidor y perro capitalista” a Deng Xiaoping y sus reformas económicas, colgando perros en postes de luz. Y, posteriormente, puso coches bomba en la Embajada de China en el Perú, tanto en 1985 como en 1989.
El PCCH comanda un régimen autoritario, pero aun así le lleva décadas de ventaja al comunismo peruano, que ni siquiera ha tenido a su Deng Xiaoping.
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