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El presidente Pedro Castillo acudió a pie a la Fiscalía para rendir su manifestación por los ascensos irregulares en las Fuerzas Armadas y la Policía. Sin embargo, un hecho que llama la atención es que desde su salida de Palacio de Gobierno estuvo fuertemente resguardado por decenas de policías.
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Los más afectados por el miedo del presidente de no poder caminar sin seguridad fueron los trabajadores y pasajeros que, en mayoría, iban a su centro de labores, pues la avenida Abancay y calles aledañas fueron cerradas por más de 25 minutos para que pasen Castillo y sus abogados, Benji Espinoza y Eduardo Pachas.
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Esto claramente descuidó la seguridad ciudadana en una ciudad azotada por los asaltos, robos y extorsiones. Además, generó caos vehicular y malestar en los transeúntes, que no sabían por dónde ir para llegar a su destino. Por su parte, los comerciantes vieron afectadas sus ganancias pues tuvieron que cerrar sus negocios.
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Una vez que el mandatario llegó apareció su portátil, lo que implica que ya estaba coordinada su asistencia al Ministerio Público.
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Minutos después llegaron grupos que protestaron contra Castillo, lo que generó más desorden en los alrededores de la avenida Abancay.
A los exteriores de la Fiscalía, llegó la congresista Betssy Chávez.
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