La procuradora antidrogas, Sonia Medina, lleva casi 20 años en su actual cargo y nunca antes había tenido que pelear por una sentencia a través de una pantalla.
La procuradora antidrogas, Sonia Medina, lleva casi 20 años en su actual cargo y nunca antes había tenido que pelear por una sentencia a través de una pantalla.

El narcotráfico es un delito que no descansa, pero las autoridades tampoco. Durante la , las fuerzas del orden han incautado cargamentos de drogas, así como insumos químicos clandestinos. De igual forma, la y los abogados del Estado han continuado con su labor en las salas judiciales, que ahora se han convertido en espacios virtuales.

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La procuradora antidrogas, Sonia Medina, lleva casi 20 años en su actual cargo y nunca antes había tenido que pelear por una sentencia a través de una pantalla. Siente que en las circunstancias actuales su trabajo es más agobiante debido a lo que se está viviendo en las calles, pero asegura que ella y todo su equipo están trabajando a toda hora para atender los 109 mil casos por tráfico de drogas que se disputan en el Poder Judicial en todo el país.

¿Cómo ha sido el trabajo de la procuraduría durante esta pandemia?

En la quincena de marzo nos quedamos un poco en incertidumbre. Fue para todos una conmoción esto de la cuarentena porque nunca la habíamos vivido. En abril empezamos con el trabajo remoto y en mayo ya se fue normalizando el ritmo. Nosotros no hemos paralizado nuestra labor en ningún momento.

¿Todas las audiencias son remotas?

La mayoría de audiencias son virtuales, pero también hubo presenciales. Los jueces nos obligaron a asistir a los penales. Por eso tuve que reaccionar, no era posible que hiciéramos ese tipo de audiencias, pues ir a una cárcel era lo más riesgoso que podía haber. El problema se suscitaba porque se nos vencían los plazos de prisión preventiva de algunos procesados que estaban en el penal de Ancón. Hemos estado trabajando a mil por hora. Los abogados tienen que trasladarse a recoger legajos, atienden las audiencias desde la Procuraduría, hemos habilitado computadoras solo para efectos de participación en las citaciones.

Hemos estado trabajando a mil por hora. Los abogados tienen que trasladarse a recoger legajos, atienden las audiencias desde la Procuraduría, hemos habilitado computadoras solo para efectos de participación en las citaciones. (Foto: Alessandro Currarino/ Archivo El Comercio)
Hemos estado trabajando a mil por hora. Los abogados tienen que trasladarse a recoger legajos, atienden las audiencias desde la Procuraduría, hemos habilitado computadoras solo para efectos de participación en las citaciones. (Foto: Alessandro Currarino/ Archivo El Comercio)

¿Qué resultados han tenido en estos últimos 80 días?

Durante este tiempo de la pandemia, hemos sacado cinco o seis sentencias condenatorias y seguimos avanzando en los juicios.

¿Qué efectos ha tenido esta emergencia en el tráfico de drogas en Perú?

Los narcos, por supuesto, no han parado. Están haciendo un trabajo de acopio de droga en zonas focalizadas para cuando se liberen los puertos, carreteras y aeropuertos. En ese momento van volver a operar y querrán recuperar todo lo que no han podido comercializar durante estos meses.

¿En cuántos procesos está apersonada actualmente la procuraduría?

En este momento tenemos 109 mil casos a nivel nacional entre procesos sumarios, ordinarios y complejos. Estoy hablando de casos por tráfico de drogas, lavado de activos y procesos por extinción de dominio.

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¿El grueso de los procesos en qué etapa está?

Ahora gran parte de los casos que estamos viendo a nivel nacional son los ceses de prisiones preventivas.

¿Por qué?

Por el Decreto Legislativo 1513, que dispuso la revisión de las prisiones preventivas para las excarcelaciones durante la emergencia. La verdad, creo que ha sido abrir las puertas a los procesados.

¿Han liberado a presuntos narcotraficantes que se han acogido a ese beneficio?

Sí, se nos ha notificado de varios casos. Por ejemplo, hubo dos procesados en Tumbes que fueron liberados de oficio por el juez.

¿Cómo analiza la aplicación de este decreto?

Considero que, efectivamente, por razones humanitarias y entendiendo la crisis en los penales se podrían abrir las puertas a internos que estén procesados por delitos menores o de bagatela, pero no por delitos de alta lesividad. Pero así están las cosas ahora.

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