En el Congreso hay más de 1,600 personas trabajando pese al cierre. (Foto: GEC)
En el Congreso hay más de 1,600 personas trabajando pese al cierre. (Foto: GEC)

Hace casi tres meses que el presidente Martín Vizcarra decidió disolver el Congreso, con lo cual, en esta etapa, solo está en funciones la , cuya única función es revisar los decretos de urgencia (DU) emitidos por el Poder Ejecutivo.

Pese a este periodo, denominado de interregno, en el mes de noviembre se registraron en el portal Transparencia 1,636 trabajadores en el Parlamento. Aunque esta cifra es menor a los 3,045 que se observaba en setiembre, aún sigue siendo alta.

Este diario conoció que aproximadamente 1,120 de los trabajadores registrados en el penúltimo mes del año pertenecen al régimen indeterminado; el resto, es decir más de 500, se encontrarían entre contratos tipo CAS, de plazo fijo y otros de cargos de confianza.

Pero no solo eso. Como se observa en el gráfico, pese a que la única labor que actualmente tienen los miembros de la Permanente es la de revisión de los DU que envía el gobierno –no pueden fiscalizar ni legislar–, algunos integrantes de este grupo cuentan con numeroso personal de apoyo. La cifra se hace grosera en el caso de los vicepresidentes, pues, además de los trabajadores que les corresponden como legisladores, suman otro tanto como vicepresidentes.

Los puestos que cubren van desde asistentes, coordinadores, técnicos, asesores hasta auxiliares, entre otros.

¿Se justifican esas cifras? La vicepresidenta de la Permanente, Karina Beteta, expresó que “tras el corte del Parlamento, el Congreso no puede quedarse sin seguridad y sin servicio de limpieza”.

Asimismo, ante la reciente información de más de 90 nuevas contrataciones, explicó que lo que se hizo fueron algunas renovaciones.

El secretario general del Sindicato de Trabajadores, Tulio Vizcarra, indicó que tras una reunión con la Oficialía Mayor, se le había explicado acerca de las renovaciones.

“Casi el 80% de ese personal son de limpieza y de seguridad, y personas para mantenimiento”, expresó.

Además, recordó que antes de la disolución había en el Parlamento cerca de 3,000 trabajadores, por lo que destacó que ahora sea menos.

NO SE JUSTIFICA

Ambas posturas no son compartidas por los expertos en la materia.

El exoficial mayor José Elice dijo que, incluso en periodo normal, el Legislativo podría funcionar con 1,000 personas, pues señaló que los asesores y coordinadores no deberían ser asignados por cada legislador, sino por la bancada a la que pertenecen.

“Es un abuso que crezca tanto la planilla. El Estado se ha convertido en una agencia de trabajo y, por lo tanto, el Congreso también”, resaltó.

César Aliaga, especialista en derecho parlamentario, se preguntó: “¿Para qué se necesita tanto personal si con el de planta es suficiente para ejercer las labores?”.

Asimismo, recordó que hace unas semanas se conoció que, en noviembre, se suscribieron 91 nuevos contratos.

No se justifica que haya tantos trabajadores porque el Congreso no está en funciones. Ahora solo se necesita a la gente de planta y, por excepción, el personal mínimo de seguridad”, aseguró.

En tanto, el secretario general de Transparencia, Iván Lanegra, consideró que se deben respetar los contratos ya vigentes, pero que no había necesidad de incorporar nuevo personal.

“Tiene que haber una justificación adecuada sobre la necesidad de tener a esas personas en el Congreso. Lo que se necesita es una mayor exigencia profesional, no solo decisiones políticas”, indicó.