El presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva, descartó que se esté evaluando presentar una cuestión de confianza ante la moción de interpelación que han presentado congresistas del Apra y de Fuerza Popular contra el ministro del Interior, Carlos Morán.
Para el titular del Gabinete, la interpelación es un derecho del Congreso y los ministros, como funcionarios públicos, están en la obligación de responder a las preguntas de los parlamentarios, pero consideró que esto no necesariamente significa una censura.
"No va a haber finalmente una censura. Hay un paso de interpelación, es un derecho del Congreso. Nosotros tenemos, como funcionarios del Estado, que acudir cuantas veces sea necesario y dar las explicaciones que sean convenientes, pero no creo que se llegue a la censura", comentó en una entrevista a Exitosa.
César Villanueva evitó especular, en ese sentido, sobre las acciones que tomarán si es que la interpelación contra el ministro del Interior termina en un intento de censurarlo.
"Antes de especular (hay que recordar) que el ministro ya se presentó a la Comisión de Defensa. Ha dado las explicaciones correspondientes. Segundo, el ministro ha tenido la transparencia de solicitar la participación del Ministerio Público", recordó.
César Villanueva destacó que, por iniciativa propia, Carlos Morán haya solicitado una auditoría exclusivamente para descartar cualquier sospecha de interceptación telefónica contra el ex presidente Alan García.
"Nosotros estamos respaldando plenamente al ministro Carlos Morán porque sabemos de su transparencia y obviamente yo, y el presidente (Martín Vizcarra) a la cabeza, podemos garantizar que no hay ninguna directiva política", aseguró.
Este lunes, con firmas de congresistas de la Célula Parlamentaria Aprista y Fuerza Popular, se presentó una moción de interpelación para que Carlos Morán responda unas 20 preguntas ante el pleno.
En el documento, cuestionan las explicaciones que dio el ministro del Interior ante la presencia de una camioneta de vigilacia en las inmediaciones de la casa del ex presidente Alan García luego que Uruguay le rechazara el pedido de asilo diplomático.