“Mi salida del gabinete fue una decisión personal y no para tapar actos de corrupción”, sostiene. (GEC)
“Mi salida del gabinete fue una decisión personal y no para tapar actos de corrupción”, sostiene. (GEC)

El general PNP (r) fue ministro del Interior hasta hace unos días y, en esta entrevista con Perú21, revela los entretelones de su inesperada salida del gabinete en medio de la crisis provocada por la pandemia del COVID-19.

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La primera pregunta que se han hecho todos cuando se supo de su salida del gabinete fue qué pasó...

He guardado prudente silencio antes de salir a declarar porque no quería generar una controversia en medio de una lucha frontal que tenemos contra un enemigo invisible que es el COVID-19. Tengo que decir que fue una decisión personal que la sabe muy bien el presidente de la República, a quien le dije, la primera vez que conversamos, que yo soy una persona leal y lo he sido en todos mis actos de gobierno.

Carlos Morán 02-05-2020

¿El presidente le ha dado a Ud. la misma lealtad?

Él siempre ha mantenido una comunicación abierta y sincera conmigo. Mi salida, repito, no tiene nada que ver con tapar actos de corrupción. El presidente me invitó al relevo con mi sucesor cuando nombraron al general Gastón Rodríguez. Si hubiese sido por actos de corrupción, no habría ido a Palacio invitado por él.

Sabemos que, el mismo día que el presidente nombró a Gastón Rodríguez como su sucesor, antes también lo había nombrado comandante general de la Policía.

El jueves 23 de abril estuvimos en Consejo de Ministros y declaré a la prensa sobre la situación de los infectados en la Policía y que estábamos comprando pruebas moleculares y más pruebas rápidas, pero ya había conversado con el presidente de la necesidad de relevar al alto mando de la institución.

¿Qué estaba fallando?

Primero, falta de previsión, activar más los reflejos para responder rápidamente a las emergencias, los presuntos casos de corrupción; inmediatamente actuamos; informamos a la Contraloría. (…) Estamos hablando de los primeros días de abril y en la quincena dispongo que los presupuestos de la Policía pasen al Ministerio del Interior para hacer las compras corporativas porque la emergencia implicaba actuar rápidamente. Se actuó y se detectaron algunos casos, que sean investigados. (…) El 23 le dije al presidente que había que relevar al alto mando y había una propuesta entre el general (José Isidro) Baella y el general Gastón Rodríguez. La idea era que uno de los generales renuncie para que Rodríguez encaje en la terna de candidatos hábiles sin vulnerar la Ley de la Policía, que dice que el presidente puede escoger en una terna que sigue al comandante general de la Policía para que su elección sea legítima.

¿Cómo se conforma la terna? ¿Con los que siguen al que está en primer puesto?

Claro. Sale el general Lavalle, queda el subcomandante general, el general (Jorge) Pérez; el inspector general de la Policía, el general Baella; y el director de Investigación Criminal, que es el general (Miguel) Iglesias.

¿Por qué escoge al general Gastón Rodríguez, que está en el quinto lugar?

Porque la idea era que uno de esos generales renuncie y pueda el general Gastón Rodríguez encajar en la terna.

¿De quién era esa idea?

Yo lo propuse así y el presidente aceptó. Hay que relevar el alto mando y el candidato es el general Rodríguez.

O sea, el presidente ya había elegido al general Rodríguez.

El presidente tiene la facultad presidencial de designar al comandante general.

¿Cómo lo conocía? ¿Por qué lo eligió?

Porque el general Rodríguez es un general operativo. Tiene liderazgo, acercamiento con el personal, hay mucha empatía; era el comandante general para esta fase difícil para la lucha contra la epidemia. Entonces, el presidente le quita la confianza al alto mando de la Policía y decide.

Entonces, ¿Ud. habla con los otros tres?

Yo hablo con todos los generales, incluido Lavalle, porque a mí siempre me ha gustado respetar a la institución, respetar a los generales que tienen que salir por decisiones políticas del presidente y del ministro del Interior. (…) El relevo es por falta de confianza y tienen que irse a su casa. Hablo con ellos, les doy las gracias a nombre del Estado; ahí uno de los generales no quiere renunciar y se produce ese impasse legal.

¿Quién es ese general?

El general Baella, para mí, es un oficial competente, de muchas cualidades, pero no fue elegido para ser comandante general. Al día siguiente, el 24 de abril, le digo al presidente que hay un impase, no podemos vulnerar la ley. (…) Mi responsabilidad es no haber podido relevar el alto mando y yo asumo las consecuencias políticas, por eso renuncio. (…) Es una responsabilidad que asumo, hay que pagar los errores políticos, el costo político está ahí; el presidente lo tiene claro y el premier también.

¿Es el motivo de su salida?

Por motivos personales renuncio. Acá lo primero es decir la verdad en forma clara y transparente porque lo peor que podría hacer es mentir en esta circunstancia.

Siendo autocrítico, ¿por qué no logra imponer esa decisión? ¿Le faltó muñeca? ¿Es usted amigo de los generales?

No, había un compromiso de los generales de pasar al retiro, pero uno de ellos dice no y se produce una crisis. Al final, todos están en su casa, todos están en retiro, el general Rodríguez es el designado y yo le digo al presidente: “Usted tenga la tranquilidad para tomar la mejor decisión porque usted no ha generado el problema, se ha generado en la institución”.

¿Qué pasó con el general Baella?

Él tendría otras aspiraciones de ser comandante general, pero todos los generales, cuando estamos en carrera, estamos sujetos a una decisión del presidente de la República y del Ministerio del Interior. Si te dicen “no te voy a nombrar como comandante general, voy a nombrar a uno menos antiguo”, tú, por sentido común, tienes que dar un paso al costado y renunciar.

Usted estuvo en el gabinete desde el principio de la crisis por el COVID-19. ¿Qué autocrítica puede hacer? ¿Cuáles decisiones han sido buenas y cuáles no?

Por ética, no podría criticar a un gobierno del cual he sido parte. Yo puedo decir las cosas positivas. Por ejemplo, la mejor decisión que se tomó fue el aislamiento social. Un mes atrás, a fines de marzo, estaba programándose más de siete mil infectados, las muertes iban a empezar a triplicarse. Con la cuarentena tenemos 40 mil infectados, más de mil muertos, imagínate sin cuarentena. La medida sirvió, sirve hasta ahora, pero también entiendo que hemos perdido efectivos que se han enfermado a pesar de todas las medidas de bioseguridad. Esta enfermedad ha revelado el grado de abandono que tiene nuestro sistema de salud por décadas y a eso no es ajeno el sistema de salud de la Policía, de las Fuerzas Armadas, y por eso estamos sufriendo.

Usted dice: “Me pretenden vincular con la corrupción”. ¿Por qué existiría la posibilidad de que no haya tenido injerencia?

No, en absoluto, porque los presupuestos que se dan al sector Interior como pliego presupuestal se designan a las unidades ejecutoras, que es la Policía. Ellos tienen que manejar el presupuesto para adquirir equipos de bioseguridad, mascarillas, gel, guantes, desinfectantes; que en ese interín se hayan producido presuntos actos de corrupción, que sean bien investigados. Todo tiene que ser investigado con el debido proceso porque estamos en un Estado de derecho, que se establezcan las responsabilidades.

¿A qué sectores escucha más el presidente, en el Consejo de Ministros o cuando van evaluando lo que está ocurriendo con la pandemia? ¿Al Interior, a la Policía, Salud?

Todas las decisiones que se han tomado, sin excepción, han tenido un alto componente médico, más que económico, más que político inclusive. El presidente escucha a los expertos, al ministro de Salud, para tomar una decisión.

El presidente cambió a la ministra de Salud en medio de la pandemia. ¿Por qué?

Fue una decisión presidencial. Él esperó encontrar un perfil diferente para una enfermedad que ha entrado a una fase más agresiva probablemente. El ministro de Salud es el responsable de toda la estrategia en la lucha contra el coronavirus, es un cargo muy delicado y de mucha responsabilidad, él lo está asumiendo como tal y con un grupo de expertos que preside Pilar Mazzetti.

Pero también está el otro problema que se enfrenta a la enfermedad, y que es el hambre y el desempleo. Las personas empiezan a angustiarse, algunas han recibido bonos, pero a su vez provocan aglomeraciones. ¿Qué disposición tiene el presidente para escuchar también a los sectores de Producción, Economía, Comercio, Turismo?

Ya había algunas conversaciones con los ministros que tienen que ver con estas áreas de producción y la intención era abrir progresivamente las actividades económicas que no tengan que ver mucho con la congestión de personas o, por lo menos, buscar las alternativas de que se puedan emplear actividades por delivery o también actividades mineras. Yo creo que ya no podemos sostener una cuarentena más, esa es mi percepción. Ahora, desde afuera, puedo decir que este coronavirus no se va a ir, no va a desaparecer el día domingo o lunes, se va a quedar acá. A pesar de suspender el aislamiento social, tiene que mantenerse el distanciamiento social y cambiar los patrones de conducta que tenemos como sociedad a partir de ahora. Los contagios estarán allí en la puerta de tu casa, en la tienda, en el grifo, el supermercado. Entonces, vamos a tener que convivir con este virus durante largos meses.

“ACTUÉ POR PRINCIPIOS"

Era ministro cuando se suicidó Alan García y empiezan las detenciones desde el Equipo Especial Lava Jato. También le tocó defender al jefe de la Diviac, Crnl. Harvey Colchado. Me atrevería a sospechar que tiene enemigos políticos. ¿Los ve en esta campaña que busca vincularlo a actos de corrupción?

He contado la verdad de mi salida, no tiene nada que ver con actos de corrupción porque soy responsable político del sector y he renunciado por eso. (…) Este cargo genera mucha controversia y polémica, y también enemigos políticos, y esta campaña probablemente esté siendo orquestada por esos sectores.

¿Quién le tiene mayor enemistad?

No quisiera señalar qué partido o persona, pero en las redes sociales sí están atacándome, relacionándome con situaciones de corrupción que están descartadas. (...) Lo que no me perdonan es que haya sido el ministro que cumplió la orden presidencial de cerrar el Congreso anterior, no me perdonan haber defendido al coronel Colchado y a la Diviac cuando quisieron apabullarlo en el Congreso. Si te metes a política, tienes que asumir las consecuencias. Yo las asumo. No me arrepiento porque actué de acuerdo a mis principios.

¿Ha pensado entrar en política, postular al Congreso?

He tenido un paso por la política. Ser ministro del Interior es ejercer un cargo político. (...) Por el momento estoy cumpliendo como cualquier ciudadano mi aislamiento social, disfrutando del ambiente familiar que tantas veces he postergado. Ya veremos después.

TENGA EN CUENTA

- Carlos Morán Soto fue nombrado ministro del Interior en octubre de 2018 y ocupó el cargo hasta el 24 de abril último, en que fue reemplazado por el teniente general PNP Gastón Rodríguez.

- Es licenciado en Derecho y Ciencias Políticas, y formó parte del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), que capturó a Abimael Guzmán en 1992.

- “Tengo que agradecerle al presidente porque me dio la oportunidad de servir a mi país. He hecho todos los esfuerzos inimaginables para cumplir con mi tarea”, dice.

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