Carlos Basombrío opina sobre los retos del nuevo Congreso. (GEC)
Carlos Basombrío opina sobre los retos del nuevo Congreso. (GEC)

advierte sobre los riesgos que implica un diálogo con fuerzas políticas variopintas como el planteado por el presidente Martín Vizcarra. Asimismo, alerta sobre la amenaza de un retroceso en la reforma educativa a manos del nuevo Parlamento.

¿Cuál es su expectativa del diálogo entre el presidente y los partidos que estarán en el nuevo Congreso?

El diálogo es una necesidad política. El problema es que, como consecuencia de las normas electorales, se ha producido una situación inesperada y el presidente tiene muchos interlocutores y muy pequeñitos, lo que dificulta la posibilidad de tener agendas compartidas.

¿De qué manera la fragmentación podría perjudicar el diálogo?

(…) Es difícil llegar a acuerdos entre tantos grupos políticos que, a su vez, en la mayoría de los casos, no tienen una homogeneidad de pensamiento interno. No solo hay que ponerse de acuerdo entre los partidos, sino intrapartidariamente. Estoy seguro de que en muchos casos ni siquiera se conocen personalmente, tienen orígenes regionales diferentes y han sido reclutados de una manera también diferente. (...) La tarea de construir una agenda y consensos va a ser compleja pero no imposible, y como compleja, va a tomar su tiempo y se va a lograr solo en algunos temas.

¿Debería acotarse la agenda del diálogo?

El Ejecutivo debe plantear una agenda prioritaria para ayudar a organizar las discusiones. Son nueve grupos, cada uno con sus intereses, (…) todos van a querer añadir algo y el figuretismo individual no va a estar ausente; por lo tanto, la articulación va a ser compleja. Agregue la revisión de decretos de urgencia, la elección del TC…

Quizás más urgente sea discutir las reformas electorales. Estamos a poco más de un año de los comicios de 2021.

Lo más urgente, definitivamente, son las reformas electorales. Si vamos a las próximas elecciones con las reglas que se han aplicado en estas, el camino al desastre está habilitado. Tienen que cambiarse muchas normas electorales, no puede haber voto preferencial, (…) cinco meses antes tenemos que haber sacado de la contienda a todos los pitufos para lograr elecciones mínimamente serias y que la población pueda interesarse razonablemente en los planteamientos y no en las múltiples voces de los que compiten.

¿Si no se cambian las normas, se corre el riesgo de agudizar la fragmentación?

Si hay reforma electoral, la fragmentación va a ser menos; si no la hay, va a ser mayor, y eso, definitivamente, es imposible de manejar. (…) Creo que se puede conseguir la reforma electoral si hay un liderazgo fuerte en el nuevo Congreso que lo promueva, (…) va a haber que trabajar a toda velocidad. (…) Yo creo que incluso la agenda del presidente es muy amplia, no se va a poder hacer todas esas cosas y eso, en muchos sentidos, es mejor. Si quieren poner en la mesa, por ejemplo, la reforma de la educación, los ciudadanos deberíamos estar preocupados porque conocemos los planteamientos retrógrados para una educación moderna que estarían representados en el Congreso.

¿De qué manera se podrían contrarrestar esos extremismos que ya anticiparon discrepancias con temas como el enfoque de género?

Una forma es con el veto del Ejecutivo pero también hay la dificultad de que no sabemos lo que piensan al interior de cada agrupación. En el Congreso anterior, recuerde, estaba Gloria Montenegro, que está en las antípodas del pastor Julio, pero pertenecían a la bancada de APP. Eso puede repetirse allí y en otros grupos…

En el anterior Congreso era notoria la cercanía de APP con el fujimorismo. ¿Se repetirían esas alianzas?

Yo creo que cualquier instinto de sobrevivencia va a hacer que no se repita ese tipo de pactos. No creo que APP, como partido, quiera juntarse con el fujimorismo. Para empezar, porque el fujimorismo quedó reducido a su mínima expresión.

Esta vez están en posición de ventaja los de APP.

Así es, para darse otro tipo de alianzas. Quizás los fujimoristas están buscando aliarse, es al revés. Creo que ningún partido va a sentirse muy cómodo con el fujimorismo, cuyo juego va a tener que ser buscar que otros se alíen con él.

¿Cree que alguien se anime a jugar en pared con Fuerza Popular? Ya el Frepap marcó distancia ante un comentario de Martha Chávez, quien dijo que ambos grupos tenían coincidencias en cuanto a la disciplina partidaria.

Sí, he visto esa discusión. Yo creo que hay que esperar y ver. Los temas más peligrosos en este Congreso son los retrocesos que puedan hacer en la reforma en educación, y el otro tema es la avidez de los partidos por conseguir más votantes en las próximas elecciones generales que lleve a medidas populistas peligrosas para el país.

¿Cuál cree que será el comportamiento del fujimorismo en el nuevo Congreso?

Van a tratar de recuperar el prestigio perdido y diferenciarse del resto por el lado de una oposición frontal a este gobierno de tal manera que tengan mejor presencia electoral en 2021. El drama del fujimorismo es la situación de Keiko Fujimori y eso los deja huérfanos de un liderazgo atractivo. Creo que lo que está en discusión es su posibilidad de recuperación o de que vaya extinguiéndose paulatinamente, como ha sucedido con otros partidos herederos de gobiernos dictatoriales, como fue el caso del odriismo; no lo sabemos.

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