La presidenta Dina Boluarte se quedó en Lima. La esperada ceremonia por la conmemoración del bicentenario de la batalla de Ayacucho no tuvo a la mandataria en el estrado principal de la Pampa de la Quinua.
Desde el Ejecutivo aducen que problemas climatológicos impidieron la llegada a esa región de la jefa de Estado, quien decidió encabezar una ceremonia paralela desde Palacio de Gobierno junto a su gabinete ministerial.
Pero en enero pasado, cuando acudió a esa región para participar de la colocación de la primera piedra de una carretera, la presidenta en su discurso prometió a los ayacuchanos celebrar juntos este histórico día.
“…el ministerio de Cultura trabaja en la restauración del monumento conmemorativo de la batalla de Ayacucho y para el 9 de diciembre vamos a estar acá, para celebrar, como debe ser, nuestra consolidación de la independencia», prometió Boluarte, aquel día y segundos después señaló que para ella “Ayacucho es prioridad… Tenemos que reescribir la historia con desarrollo, progreso y bienestar”.
La mandataria al final de esa jornada fue agredida mientras lanzaba caramelos a la población. Dos mujeres burlaron la seguridad y una de ellas la insultó y la otra le jaló el cabello. La Policía detuvo a esta última, quien recriminó a Boluarte por la muerte de su esposo, una de las diez víctimas que fallecieron en las protestas contra su gobierno entre diciembre de 2022 y enero de 2023.
La presidenta tampoco asistió a la ceremonia por el bicentenario de la Batalla de Junín. El despacho presidencial informó, a última hora, a través de un comunicado que la mandataria no participaría de la ceremonia “por motivos de fuerza mayor”. Al término del evento, el primer ministro Gustavo Adrianzén evitó responderle a la prensa cuando le preguntaron el porqué de la ausencia de la jefa de Estado.
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