Cuatro ministros salieron este primer año. PPK esperaba que su gabinete dure cinco años. (Luis Centurión)
Cuatro ministros salieron este primer año. PPK esperaba que su gabinete dure cinco años. (Luis Centurión)

Redacción PERÚ21

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Ni la naturaleza le dio un respiro. En su primer año de gobierno, enfrentó muchos temporales: políticos, económicos, naturales y hasta verbales.

Ni siquiera tenía tres meses de gestión y su asesor en salud, Carlos Moreno, fue denunciado por tratar de enriquecerse a costa de los pacientes del SIS. Para calmar este escándalo, se dictaron cinco medidas que no convencieron a la oposición.

Poco después, el 21 de diciembre, una información sobre Odebrecht, que llegó desde Estados Unidos, marcaría la agenda hasta ahora. Se reveló que la constructora pagó US$29 millones en sobornos a funcionarios entre 2005 y 2014, comprometiendo las gestiones de Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala.

El mandatario, que fue ministro de Toledo, aclaró que no recibió ningún pago ilícito. Las miradas, entonces, se centraron en las millonarias obras en ejecución como el Gasoducto del Sur. Al final, Odebrecht salió de ese proyecto y el Ejecutivo dispuso que no vuelva a contratar con el Estado.

Entre febrero y marzo, cuando el gobierno buscaba sortear el efecto Lava Jato, enfrentó, con mejor suerte, otra prueba de fuego: la emergencia por El Niño costero.

Pero lo que más sacudió la gestión de PPK fue el tema del aeropuerto de Chinchero. La insistencia del proyecto con una polémica adenda le costó la salida de los ministros de Transportes y de Economía, además de las críticas de la oposición sobre un presunto lobby en su entorno.

Finalmente, el despido de la jefa de los procuradores, Julia Príncipe, y de la procuradora ad hoc, Katherine Ampuero, puso el sello a un primer año políticamente muy convulsionado que ni siquiera la reunión entre PPK y Keiko Fujimori pudo apaciguar.

Análisis

"Se puso la casa en orden", por Carlos Bruce (Vocero del oficialismo)

Ha sido un primer año para poner la casa en orden. El presidente Humala lo dejó sobredimensionado, con poca capacidad operativa. Hubo un retraso involuntario por el fenómeno de El Niño costero, y el caso Odebrecht distrajo la atención. No se puede solucionar todos los problemas en un año, pero está claro que este gobierno tiene estándares éticos mucho más elevados que las gestiones anteriores. Hemos visto al presidente y a los ministros trabajando de manera transparente. Personalmente, me llamó mucho la atención la simplificación administrativa para que el Estado esté al servicio del ciudadano. Empero, demoró más de lo pensado el destrabe de los proyectos de inversión. En seguridad ciudadana estamos en el sentido correcto. Es perverso exigir en un año resultados que no se han tenido en 20.

"No ha tenido un norte claro", por Luis Galarreta (Vocero del fujimorismo

Este primer año de gobierno ha sido muy malo, sin un norte, ni un liderazgo claro, con un manejo tibio de las denuncias de corrupción. Está muy desgastado para tener solo un año. Empezó con las sesiones de aeróbicos y eso marcó lo que vendría después: no hubo preocupación por los temas de fondo. La revolución social hasta ahora no empieza, no atienden los conflictos sociales y las inversiones están paralizadas. Puede haberse dado alguna medida positiva por ahí, pero no se identifica porque hay tantas otras acciones negativas. Quizás destaca la posición mucho más firme frente a Venezuela. Cuando se inició este gobierno, pregunté dónde estaba su equipo de lujo. Ahora mucha gente tiene claro que de lujo no había nada. Espero que encuentre el rumbo y pueda gestionar y gobernar.

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