La decisión de que sea Pablo Sánchez el encargado de investigar a César Hinostroza ha sido acertada por su trayectoria y experiencia, y porque garantiza una absoluta imparcialidad.
Él no está cuestionado y no tiene una cercanía o vinculación amical con el suspendido juez, y eso ayuda a la transparencia.
Si se quedaba Pedro Chávarry en la investigación, esto habría significado una permanente duda de la forma en que se iba a llevar a cabo este proceso, de las decisiones que se tomen, así que la salida más inteligente sí era que el ex fiscal de la Nación siga el caso.
Los audios en los que hablan Chávarry e Hinostroza generan ciertas dudas, y lo que se necesita es que la investigación se desarrolle sin trabas para recuperar la confianza que ha perdido la ciudadanía en la Fiscalía y en el sistema judicial.
No puede haber intereses ni apetitos personales. Todos debemos pensar en lo que es mejor para la institución, el país y la justicia.
Ahora se puede esperar que la investigación sea más rápida, y con la confianza de que será más transparente.