De acuerdo con la Constitución, el mensaje debe contener la exposición de la situación del país y las reformas que se proponen.
Si bien ello es lo formal y lo tiene que cumplir el presidente, hay otros temas que la situación del país amerita.
La percepción de la población es que estamos frente a un gobierno débil que ofreció mucho y cumplió poco, por ello debería comenzar con un claro mea culpa y luego el propósito de enmienda, debiendo ofertar únicamente lo que pueda hacer.
Entre lo que es indispensable tomar acción es en destrabar todos los proyectos que están entrampados por temas administrativos. También afrontar los excesos de la tramitología, que solo han sido levemente tratados en los decretos legislativos.
Entre los temas urgentes debería estar la formalización, cuyas soluciones hasta ahora han sido parciales por falta de enfoque realista.
En el caso de la reconstrucción, mientras se realizan los procesos de licitación de obras importantes, habilitar los recursos para hacer las pequeñas obras.
Todo lo señalado sin dejar de reconocer la "saladera" gubernamental al haber tenido que afrontar a El Niño costero y Lava Jato.
Por último, debería dar una dosis de optimismo que el país espera, pues la percepción de dejadez y pasividad gubernamental no ayuda a recuperar el ritmo de crecimiento.