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Año 2020: Las voces de los ciudadanos que salieron a las marchas [Galería]

Diez testimonios de peruanos que decidieron salir a defender a su país durante las protestas de noviembre.
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Protestas se iniciaron el 9 de noviembre y se extendieron por una semana. (Gián Ávila/GEC)
Psicóloga social (Cusco) Contacté por redes con varios colectivos ciudadanos en la Plaza de Armas del Cusco. Nos movió la indignación y no podíamos quedarnos con los brazos cruzados. Mi familia también, de alguna u otra manera, se involucró. La ciudadanía guardaba desde hace mucho unas ganas de ser escuchada y se presentó el momento para actuar de manera colectiva. Varios amigos participaron, incluso los que nunca habían ido a una marcha.
Chef (Magdalena) Por mucho tiempo pasé por alto la política, pero me empecé a informar sobre lo que estaba ocurriendo y me di cuenta de que era importante salir a exigir mis derechos, lo que también iba a provocar que tanto mi esposa como mi hija de 14 años entendieran que deben manifestarse cuando ocurre alguna injusticia. Salimos los tres a marchar y sentimos al estar con miles de peruanos la unión de varias generaciones que al final fueron escuchadas.
Comunicadora (Chiclayo) Nos enfrentábamos a una situación de mucha inestabilidad e incertidumbre. Manuel Merino no me representaba, se notaba que su gabinete era improvisado. ¿Qué confianza podía dar una gestión así? Me generó miedo lo que podía pasar, por ejemplo, con las universidades y con la economía, que ya venía afectada por la crisis sanitaria. Por eso, tras la renuncia de Merino me puse a llorar por el sacrificio que significó lograrlo.
Actor (San Miguel) Salí a marchar porque vi en peligro la democracia de mi país, se estaba buscando aprobar descaradamente leyes que desfavorecían la educación, minería y otros rubros importantes. Creo que la marcha fue el inicio de un cambio que no solo debe verse en las calles, sino también en todos los espacios donde cada uno se desempeña. No debemos quedarnos inmóviles; hay que hacer cosas por nuestro país, estudiar para conocer nuestra realidad.
Abogada (S.M.P.) Participé en las distintas marchas convocadas en la plaza San Martín y muchas veces sentí temor. A la primera fui con un compañero, pero luego con mis familiares. Ellos se involucraron, tuvieron mi misma indignación. Nuestro principal logro, además de sacar a Manuel Merino del poder, fue dar a conocer que los congresistas hicieron lo incorrecto. Demostrar nuestro desacuerdo y respetar el Estado de derecho.
Profesor evangélico (Breña) Participé del 12N porque consideré que era una gran oportunidad para expresar nuestro rechazo ante las acciones políticas irresponsables que se estaban dando. Además, era actuar con civismo y hasta patriotismo. Un ciudadano responsable es vigilante y denuncia los perjuicios y agravios. Y también lo hice porque sé que a través de las protestas masivas se han conseguido muchos cambios en la historia y la sociedad, y yo he vivido algunas de ellas.
Odontóloga (Pueblo Libre) Sentí un compromiso por enfrentar lo que estaba pasando en el país, compartía la indignación de toda la gente y no me podía quedar de brazos cruzados. Todo un país junto hizo que se fuera un presidente que nunca debió haber llegado. Con esto hemos hecho saber que si algo no nos parece, nos unimos, luchamos y lo cambiamos. Ha valido totalmente la pena salir a marchar.
Modelo (Jesús María) Decidí salir a marchar porque sentí que como peruana debía levantar mi voz de protesta a lo que yo considero que fue un intento de dictadura. Por el amor que yo tengo hacia mi país, tuve el ímpetu de defenderlo. Creo que salir valió la pena para todas las personas que arriesgamos nuestra integridad física y emocional. Creo que nos unió como país el dolor de la pérdida de dos personas tan jóvenes que dieron su vida por defender la democracia.
Gestor cultural (Piura) Hubo una clara violación a la Constitución por grupos políticos con intereses particulares, como retrasar las elecciones y mantenerse en el poder. Creo que para los que somos más conscientes de la historia del Perú también fue recordar lo que se vivió en los 90 con la dictadura fujimorista y ver cómo los golpistas iban avanzando y había instituciones en peligro. No salimos por respaldar Vizcarra, sino que protestamos para que se respete la democracia, para fortalecerla.
Jubilado (Miraflores) El Congreso estaba actuando fuera de la razón y de la Constitución. Íbamos camino al barranco. Yo claro que tengo mis ideas políticas, aunque ninguna militancia, pero lo que más me animó a participar de las manifestaciones es ver que fue un movimiento auténtico, de la juventud, que, sin tener banderas políticas o partidarias, salió a las calles ante una situación tan desastrosa. Que se hayan decidido por la democracia.
Protestas se iniciaron el 9 de noviembre y se extendieron por una semana. (Gián Ávila/GEC)GRUPO EL COMERCIO
Psicóloga social (Cusco) Contacté por redes con varios colectivos ciudadanos en la Plaza de Armas del Cusco. Nos movió la indignación y no podíamos quedarnos con los brazos cruzados. Mi familia también, de alguna u otra manera, se involucró. La ciudadanía guardaba desde hace mucho unas ganas de ser escuchada y se presentó el momento para actuar de manera colectiva. Varios amigos participaron, incluso los que nunca habían ido a una marcha.
Chef (Magdalena) Por mucho tiempo pasé por alto la política, pero me empecé a informar sobre lo que estaba ocurriendo y me di cuenta de que era importante salir a exigir mis derechos, lo que también iba a provocar que tanto mi esposa como mi hija de 14 años entendieran que deben manifestarse cuando ocurre alguna injusticia. Salimos los tres a marchar y sentimos al estar con miles de peruanos la unión de varias generaciones que al final fueron escuchadas.GRUPO EL COMERCIO
Comunicadora (Chiclayo) Nos enfrentábamos a una situación de mucha inestabilidad e incertidumbre. Manuel Merino no me representaba, se notaba que su gabinete era improvisado. ¿Qué confianza podía dar una gestión así? Me generó miedo lo que podía pasar, por ejemplo, con las universidades y con la economía, que ya venía afectada por la crisis sanitaria. Por eso, tras la renuncia de Merino me puse a llorar por el sacrificio que significó lograrlo.
Actor (San Miguel) Salí a marchar porque vi en peligro la democracia de mi país, se estaba buscando aprobar descaradamente leyes que desfavorecían la educación, minería y otros rubros importantes. Creo que la marcha fue el inicio de un cambio que no solo debe verse en las calles, sino también en todos los espacios donde cada uno se desempeña. No debemos quedarnos inmóviles; hay que hacer cosas por nuestro país, estudiar para conocer nuestra realidad.PERU21
Abogada (S.M.P.) Participé en las distintas marchas convocadas en la plaza San Martín y muchas veces sentí temor. A la primera fui con un compañero, pero luego con mis familiares. Ellos se involucraron, tuvieron mi misma indignación. Nuestro principal logro, además de sacar a Manuel Merino del poder, fue dar a conocer que los congresistas hicieron lo incorrecto. Demostrar nuestro desacuerdo y respetar el Estado de derecho.
Profesor evangélico (Breña) Participé del 12N porque consideré que era una gran oportunidad para expresar nuestro rechazo ante las acciones políticas irresponsables que se estaban dando. Además, era actuar con civismo y hasta patriotismo. Un ciudadano responsable es vigilante y denuncia los perjuicios y agravios. Y también lo hice porque sé que a través de las protestas masivas se han conseguido muchos cambios en la historia y la sociedad, y yo he vivido algunas de ellas.
Odontóloga (Pueblo Libre) Sentí un compromiso por enfrentar lo que estaba pasando en el país, compartía la indignación de toda la gente y no me podía quedar de brazos cruzados. Todo un país junto hizo que se fuera un presidente que nunca debió haber llegado. Con esto hemos hecho saber que si algo no nos parece, nos unimos, luchamos y lo cambiamos. Ha valido totalmente la pena salir a marchar.
Modelo (Jesús María) Decidí salir a marchar porque sentí que como peruana debía levantar mi voz de protesta a lo que yo considero que fue un intento de dictadura. Por el amor que yo tengo hacia mi país, tuve el ímpetu de defenderlo. Creo que salir valió la pena para todas las personas que arriesgamos nuestra integridad física y emocional. Creo que nos unió como país el dolor de la pérdida de dos personas tan jóvenes que dieron su vida por defender la democracia.
Gestor cultural (Piura) Hubo una clara violación a la Constitución por grupos políticos con intereses particulares, como retrasar las elecciones y mantenerse en el poder. Creo que para los que somos más conscientes de la historia del Perú también fue recordar lo que se vivió en los 90 con la dictadura fujimorista y ver cómo los golpistas iban avanzando y había instituciones en peligro. No salimos por respaldar Vizcarra, sino que protestamos para que se respete la democracia, para fortalecerla.
Jubilado (Miraflores) El Congreso estaba actuando fuera de la razón y de la Constitución. Íbamos camino al barranco. Yo claro que tengo mis ideas políticas, aunque ninguna militancia, pero lo que más me animó a participar de las manifestaciones es ver que fue un movimiento auténtico, de la juventud, que, sin tener banderas políticas o partidarias, salió a las calles ante una situación tan desastrosa. Que se hayan decidido por la democracia.

Redacción PERÚ21

Noviembre albergó las marchas más grandes registradas en el presente siglo en nuestro país. El improvisado gobierno de Manuel Merino y sus aliados hastió a la población, que encontró en sus gritos la mejor forma de reclamar –lo que llamaron– el retorno de la democracia. Nadie había pronosticado una reacción de tal vuelo, menos nuestros atinados políticos; sin embargo, aquellos días de noviembre la plaza San Martín se convirtió en el epicentro de la búsqueda de justicia. Y, desde distintas partes de la capital y en otras regiones, el reclamo pareció envolverse en una sola voz: la salida de Merino.

Miles de jóvenes decidieron usar su tiempo para defender a su país. Días intensos en los que los más adultos se dejaron contagiar por el ímpetu espontáneo que se alimentaba de indignación. Tal es el caso de Javiera, Emanuel, Palmiro, Rita, Gustavo, Lourdes, Maite, Isaac, Andrea y Rafael. Diez ciudadanos que sin cargar bandera política alguna reaccionaron saliendo a marchar.

Sus historias son relatos comunes, narraciones que nos recuerdan lo importante que es caer en la cuenta de que unidos se pueden lograr grandes cosas. ¿Qué los motivó a salir a las calles? Aquí sus propios testimonios.


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