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Redacción PERÚ21

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"TRIUNFO SIN SOBERBIA"Carlos Basombríocbasombrio@peru21.com

Para empezar, mi inmensa alegría porque ha ganado el No. Sin embargo, sigo indignado con el hecho de que la ciudad haya perdido 5 meses por la majadería de un grupete que quería recuperar privilegios. Ahora bien, tiene que ser un triunfo sereno y sin soberbias. Había muy buenas razones para llamar la atención a una gestión de la que esperábamos mucho más. Lima merece ser retribuida con trabajo y eficiencia. No hay excusas.

Sin duda, hay ganadores. Obviamente, Susana Villarán y su concejo, que dieron la pelea en las condiciones más adversas. Gran mérito de Lourdes Flores; se comprometió por razones principistas y demostró que puede haber políticos que miren más allá de su ombligo. Toledo, medroso, temió una derrota, perdió una victoria. Los grandes derrotados, Castañeda y Alan García, símbolos de la política con "p" minúscula, creyeron aprovechar un descontento y la ciudad les dijo: "No, así no vale". ¿Qué viene? Demostrarle a la ciudad que el duro mensaje ha sido recibido. Cumplir las promesas que pueden hacer de esta ciudad un lugar menos salvaje para los más pobres; paradójicamente, para aquellos que mayoritariamente votaron que sí.

"IMPORTANTE LECCIÓN"Enrique Castilloecastillo@peru21.com

El No le ganó al Sí, y Susana Villarán seguirá siendo la alcaldesa. Pero mal harían ella y su equipo al considerar esto como un triunfo. No puede serlo cuando casi la mitad de Lima quiso que dejara el cargo.

Esto ha sido una fuerte llamada de atención, una segunda oportunidad, un alivio nada más. Esa es la lección más importante. Si Susana Villarán cree que ella ganó, se volverá a equivocar, porque una buena parte de los que votaron por el NO no lo hicieron por apoyar 'Barrio mío' o 'Chicos chamba', sino para cerrarle el paso a Castañeda, a Marco Tulio y al Apra, para evitar un mayor gasto y para respaldar a Lourdes Flores. Ahora viene una tarea de enorme responsabilidad. Hay que perseverar en lo bueno, rehacer lo malo, iniciar lo que no se ha hecho, renovar el equipo –la tarea más difícil para la alcaldesa– y recoger el genuino descontento y el reclamo de quienes marcaron el Sí con convicción y no por consigna. Si la alcaldesa aprende la lección, acepta el llamado de atención y agradece con verdadera humildad la segunda oportunidad que le ofrecen los limeños, Lima habrá ganado mucho.

"SALVAVIDAS"Ricardo Vásquez Kunzervasquez@peru21.com

Según todos los sondeos, la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, y su Concejo Metropolitano han sido ratificados en sus cargos por el voto popular. Los resultados, sin embargo, han sido apretados.

Casi la mitad de los vecinos de Lima votó por revocar a la alcaldesa. Si a eso sumamos que en su propio caudal electoral las razones para votar por ella han sido ajenas a una valoración positiva de su gestión, tenemos que la alcaldesa, que pidió a los vecinos de Lima una segunda oportunidad para concluir su mandato, tendrá que hacer un gran esfuerzo para honrar la confianza que ha recibido. Esto pasa por entender el mensaje de las urnas. Este dice que la alcaldesa debe convocar y no excluir, como lo había venido haciendo hasta que la revocación amenazó su cabeza, a las fuerzas políticas que generosamente le tendieron la mano en su hora más difícil dentro del concejo. Pero también, y sobre todo, a aquellas fuerzas políticas que representaron a esa casi mitad de vecinos que votó en su contra. La prioridad política de Villarán es unir nuevamente a la ciudad de Lima, amén de que su gestión administrativa tiene que dar un vuelco de 180° de acuerdo con el voto de propios y extraños.