Análisis.21: La renovación sin cambios

En vísperas del 28 de julio, el presidente Pedro Pablo Kuczynski hizo una renovación parcial del gabinete. Los cambios, recibidos con gran apatía, confirman el énfasis endogámico mostrado por su administración. De los nueve cambios ministeriales que ha experimentado este régimen, solo uno (Salvador del Solar, Cultura) ha supuesto un aporte externo. Los otros ocho han correspondido a personalidades que ya trabajaban para la gestión pepekausa.

Hemos concurrido a destaques desde y hacia distintas carteras, en sectores no necesariamente afines. Jorge Nieto dejó la cartera de Cultura para tomar el sector Defensa, donde ha tenido que lidiar no solo con altos mandos militares, sino con grandes problemas permanentes (el Vraem) y emergencias nacionales (El Niño Costero; el COEN está bajo su mando).

Bruno Giuffra dejó Producción, donde veía temas del aparato productivo nacional, muy variados. Esta actividad, sin embargo, es distante de su actual accionar en Transportes y Comunicaciones, enfocado en infraestructura.

Fernando Zavala dejó de ocuparse solamente de la PCM para agregar Economía a sus preocupaciones. Hoy desempeña una doble función, en los dos cargos más sensibles del gabinete.

Finalmente, el cambio más reciente se dio en el Minem. La versátil Cayetana Aljovín dejó Midis para reemplazar a Gonzalo Tamayo. Pasará de ver programas sociales a administrar el siempre complejo mundo minero y energético.

El segundo grupo lo constituyen las promociones. Marilú Martens dejó un puesto de asesora en el Minedu, donde antes había sido directora, para convertirse en ministra, tras la salida de Jaime Saavedra, en diciembre de 2016.

La promoción de Fiorella Molinelli es más obstinada. Inició la administración Kuczynski como viceministra de Transportes. Tras el torpe manejo del caso Chinchero, asumió el Viceministerio de Construcción en Vivienda, el 6 de junio. Su paso al Midis constituye el tercer sector que toca en menos de un año, sin que exhiba en su hoja de vida un interés especial por los programas sociales.

Finalmente, están los encargos a miembros de la poco escuchada bancada oficialista. De ellos debería esperarse un rol más político, aunque ocupan ministerios con menor figuración.

A fines de mayo, Pedro Olaechea (parlamentario elegido por Lima) tomó la cartera de Producción, lo que guarda coherencia con su actividad empresarial y gremial (fue presidente de la Sociedad Nacional de Industrias).

En cambio, el nombramiento de Ana María Choquehuanca (representante de Arequipa) en el Ministerio de la Mujer resulta algo más llamativo. Si bien su perfil biográfico muestra un posgrado en igualdad de oportunidades para la mujer, la carrera de Choquehuanca ha estado más ligada a la promoción de la pequeña empresa.

Aunque es una opción válida, la renovación endógena observada denota un aislamiento preocupante cuando aún faltan cuatro largos años de gobierno. Más importante, proyecta una imagen de grupo cerrado que honra el perfil políticamente insensible de la tecnocracia, alejado de los intereses de otros sectores políticos y de las grandes mayorías.