es el flamante presidente de la Comisión de reforma del sistema de administración de justicia. En entrevista con Perú21, advierte que no hubo voluntad política en anteriores gestiones para hacer una reforma cabal en esa materia pero confía en que la crisis desatada por los llamados 'CNMaudios' "nos ayude a impulsar" un cambio que, a estas alturas, resulta ya impostergable.

¿Qué debe esperar la ciudadanía de la comisión?

Lo que vamos a pretender es formular propuestas sobre unos pocos temas muy concretos que el presidente pueda plantear o poner en ejecución según corresponda, y que permitan recuperar la confianza de la ciudadanía en los poderes del Estado. Estamos en un clima de gran indignación, escepticismo y desconcierto frente a todo lo que está ocurriendo. Entonces, hay necesidad de que se actúe rápidamente. Este es un tema de largo aliento que está desde hace más de 15 años en el tapete. Ha habido estudios muy importantes del Ceriajus y otros más que han quedado simplemente en la gaveta porque no hubo voluntad política o decisión de destinar recursos para hacer una reforma cabal de la administración de justicia. Tal vez esta crisis nos ayude a impulsar a que se haga esta reforma que es indispensable.

¿Se reunirán con el Parlamento, con el Poder Judicial?

Nos vamos a reunir con ellos y luego lo importante es también ver cuál va a ser el mecanismo de articulación y seguimiento para continuar haciendo el trabajo de la reforma; esa es una cosa que necesariamente está en manos de las instituciones concernidas.

El Poder Judicial también ha formado una comisión para la reforma, ¿es correcto hacer un trabajo en paralelo?

Es muy natural lo que ha dicho el presidente del Poder Judicial. Ellos obviamente se sienten directamente responsables de trabajar la reforma de su propio sector y eso tiene que ser así, pero lo importante es que se haga de manera articulada y concertada porque esto es una cosa que va a tomar tiempo.

Y ese precisamente es otro cuestionamiento, el poco tiempo que tienen para trabajar, ¿podría extenderse su periodo de trabajo?

Por eso le digo que a lo que puede aspirar la comisión es a sugerir algunas pocas cosas muy concretas, de gran importancia y que puedan ser de ejecución inmediata. La misma resolución establece que el trabajo de la comisión concluye cuando se instale este mecanismo de articulación y seguimiento en el cual necesariamente tendrán que estar representadas todas las instituciones involucradas.

Usted integró la Comisión de Integridad que se creó durante la gestión de Pedro Pablo Kuczynski cuyas recomendaciones, en su mayoría, no se han implementado, ¿le preocupa que ocurra lo mismo con la Comisión de reforma? 

Justamente ese antecedente revela que detrás de todo esto lo que tiene que haber es una gran voluntad política. El presidente Martín Vizcarra manifiesta reiteradamente que la tiene y, al mismo tiempo, (se requiere) una actitud similar de todas las instituciones involucradas.

¿Si no hay voluntad de esas instituciones no se podrá llevar adelante la reforma?

Así es. Naturalmente no y ya tenemos justamente la experiencia de estudios muy importantes que se hicieron y quedaron engavetados porque no hubo esa voluntad política de llevarlos adelante. Entonces, tal vez la crisis que estamos viviendo como país sí sea acicate para de una buena vez reformar el sistema de administración justicia y tener un Estado de Derecho que sustente nuestra democracia y al mismo tiempo impulse nuestro desarrollo.

Algunos sectores han criticado la composición de la comisión por la orientación política o ideológica de algunos de sus miembros, ¿cuál sería su reflexión?

Los peruanos tenemos que unirnos en lo que son los grandes temas nacionales, y este es uno de ellos, y dejar de lado estas divisiones y confrontaciones. Aquí lo importante es hacer un trabajo por el país, de manera que eso es lo que yo aspiro ocurra de parte de las fuerzas políticas, de las instituciones y de la ciudadanía. Esta es una oportunidad tal vez única que se nos presenta como país para llevar a cabo esta reforma que es tan importante y que es, obviamente, parte de la gran lucha contra la corrupción que es quizás el principal problema que tenemos como país.

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