Por Iván Atilano y Carlos Viguria
El prófugo expresidente Alejandro Toledo fue captado el fin de semana en la capital de Estados Unidos, concretamente en las instalaciones del hotel Washington Plaza, junto a su esposa, Eliane Karp.
Perú21 obtuvo imágenes del exmandatario y su cónyuge que fueron tomadas el último viernes, en el bar de ese alojamiento, y ayer por la mañana, cuando ambos, con equipaje en mano, registraban su salida. En la fotografía del viernes, se observa a Toledo en la mesa con una copa medio llena, mientras Karp está ensimismada en su teléfono móvil.
El Washington Plaza es un hotel de cuatro estrellas ubicado en el centro de la capital de los Estados Unidos. Las tarifas de sus habitaciones pueden llegar a US$500 la noche.
Parece que Washington es una ciudad donde los Toledo Karp siempre tienen algo que hacer. No es la primera vez que se les ve ahí desde que se fugara del país el 13 de enero de 2017. El 14 de setiembre de 2018, el exmandatario fue captado en el hotel Hilton de esa capital comiendo junto a dos acompañantes.
TRAS SUS PASOS
Mientras el expresidente se sigue dando la gran vida en Estados Unidos, las autoridades peruanas esperan que se resuelva el proceso de extradición que busca regresarlo al país para que responda por graves delitos de corrupción y lavado de activos en el caso Odebrecht.
El último miércoles, en la embajada de Perú en Israel, Josef Maiman, exsocio de Toledo, confesó que los US$35 millones que recibió en sus cuentas de las constructoras Odebrecht y Camargo Correa fueron en realidad sobornos para el expresidente por la concesión de la carretera Interoceánica Sur.
En febrero de 2017, el Poder Judicial dictó prisión preventiva por 36 meses contra Toledo, luego de que Jorge Barata, exmandamás de Odebrecht en el Perú, confesara que le entregó US$20 millones a cambio de la referida obra.
DESALIENTO Y CRÍTICA
Para el congresista Víctor A. García Belaunde (AP), ver a Toledo distendido y disfrutando de su estadía en EE.UU. junto a su esposa, mientras ambos huyen de la justicia, representa un “desaliento” en la lucha contra la corrupción. “También es una crítica a las autoridades, ya sean judiciales o gubernamentales, por no haber puesto mayor empeño para lograr que el expresidente pueda regresar lo más rápido posible”, dijo el legislador a Perú21.
“Llama la atención que por mucho tiempo no hubo una reacción rápida y adecuada de la justicia para armar un expediente, contratar abogados y hacer la gestión de retorno”, añadió.