La oportunidad de cambiar
La oportunidad de cambiar

Redacción PERÚ21

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Para preservar los avances que nos dan optimismo y para contrarrestar la arremetida de la red de corrupción o el conservadurismo moral, “hace falta que la ciudadanía, en especial los jóvenes, hagan sentir su voz y hagan pública su indignación moral. En las calles, si es necesario”. Así lo expresa el filósofo Miguel Giusti, quien pide no resignarnos más.

A su entender, muchos peruanos observan y asimilan la acción de la justicia en contra de la corrupción y la descomposición del movimiento fujimorista.

“Estábamos ya casi resignados a la fatalidad de esa alianza funesta de corrupción entre los políticos y los jueces, que hacía prácticamente imposible la condena de los delincuentes. Y creíamos que el fujimorismo era un movimiento tan destructivo como compacto. Esos dos grandes males del país, que tanto daño hacían a nuestra autoestima nacional, parecen hoy superables”, aunque advierte que conviene ser cautelosos porque “la red delincuencial es tan amplia y tan cerrada que con un golpe de (mala) suerte puede revertirse la acción de la justicia y reinstalarse la impunidad”, y se recurre a todo, como hemos visto el 31 de diciembre.

A pesar de ello, para el filósofo hay una “sorpresiva esperanza. Los grandes acontecimientos políticos de los últimos meses nos hacen pensar en que, aunque con gran dificultad, sí se puede corregir el rumbo ético del país, la población ha recuperado algo de autoestima, celebra la justicia y también condena y castiga lo opuesto”.

Para Giusti, lo que ocurre en el Congreso nos puede dejar una lección y animar a algunos, “no más improvisados y oportunistas, ojalá que la autoestima lleve a más gente honesta a la vida política”.

La otra cara de la moneda está en la falta de respeto a las reglas de convivencia social y, en particular, el incremento de la violencia de género. El filósofo piensa que ahí son responsables la educación conservadora y los movimientos religiosos tradicionalistas que normalizan el machismo imperante en la sociedad.

SIGNOS DE ALGO POSITIVO
Esas impresiones son compartidas por el psicoanalista y comunicador Carlos de la Puente. Él resume el momento como uno de mucha expectativa, pero también de incertidumbre que ha golpeado el optimismo que se sentía en la sociedad.

“Daría la impresión de que se ha dado un salto cualitativo en lo que se refiere a enfrentar la corrupción de parte del Estado peruano. Esos signos, a mucha gente, los hace sentir con cierto entusiasmo y optimismo que era mucho mayor hasta antes de que se retire a los fiscales del equipo especial Lava Jato”, nos comenta.

Él entiende que la percepción que tienen muchos ciudadanos es que por primera vez hay personas serias que quieren combatir la lacra de la corrupción, se está formando algo positivo para reforzar la cultura democrática de la sociedad, para hacer frente a esos servidores públicos que no sirven al país.

Para De la Puente, desde que comienza el año hay mucha expectativa en bastante gente por la información que debe darse en Brasil en enero.

“Aunque se estén presentando grandes obstáculos, si estos se vencen, se va a reforzar el sistema de justicia. Lo ocurrido en los últimos meses influye en que muchas personas piensen que en el Perú se puede aspirar a que la ley se respete más. Y si es necesario hay que hacer sentir la protesta ciudadana, el reclamo civil” sostiene.

El psicoanalista opina que la sanción efectiva a los corruptos en el ámbito macro nos hará pensar sobre la corrupción en el ámbito micro, sobre lo cotidiano, desde cómo hacemos muchos para pagar menos impuestos o hasta cómo incumplimos las normas de tránsito.

“No va a haber un cambio de la noche a la mañana, pero puede comenzar a mover las cosas para sentir que los peruanos podemos aspirar a vivir en una sociedad menos corrupta”, expresó. Es la esperanza.

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