Elena Campos Mercado y sus cinco pequeños hijos tuvieron que caminar un día entero y viajar otros dos días en bus para huir de los terroristas de Sendero Luminoso del (Vraem), que ante la población se presentan como el , y trabajan de la mano con el narcotráfico. Elena escapó antes de ser asesinada o desaparecida, como ocurrió con su esposo y sus suegros.

Al igual que ella, más de 120 personas se han tenido que desplazar del centro poblado Libertad –zona declarada en emergencia por el asedio terrorista– hacia Huancayo y San Martín de Pangoa (Junín) para no ser nuevas víctimas de los terroristas dirigidos por los hermanos Quispe Palomino.

“A mi esposo lo han matado, bala le han metido. Yo me fui porque me iban a matar a mis hijos también. Ya no voy a regresar porque me voy a morir. En Pangoa me han regalado ropa, maíz, pañales, pero mis cosas están allá [en Libertad], dejé todo tirado por miedo”, contó a Perú21 Elena Campos.

EL MOTIVO DEL ÉXODO El detonante de este desplazamiento masivo fue la muerte de Teófanes Camargo, esposo de Elena. Alrededor de la medianoche del 22 de agosto, iba caminando de regreso hacia su casa cuando fue emboscado. Una ráfaga de ocho balas acabó con su vida.

Los asesinos dejaron el cuerpo tendido en medio del centro poblado para que todos los vecinos estén advertidos. “Así mueren los soplones”, escribieron en un papel firmado con la hoz y el martillo que dejaron al lado del cadáver.

Ese día también desaparecieron Ireneo Camargo y su esposa Susana Ponce, padres de Teófanes.

El cuerpo de Teófanes Camargo quedó a la vista de todo el pueblo por cinco días.
El cuerpo de Teófanes Camargo quedó a la vista de todo el pueblo por cinco días.

No era la primera vez que ocurría un asesinato así. En marzo de 2015, en el vecino centro poblado Huancamayo, distrito de Santo Domingo de Acobamba, los terroristas asesinaron a Rubén Alfaro y Cipriano Calderón, dos autoridades campesinas; dos meses después, en mayo, en otro centro poblado encontraron muerto al profesor Percy Pérez.

Esta vez los comuneros esperaron la llegada de la Fiscalía, pero no pudieron arribar por la lejanía de la zona. Al quinto día los vecinos tomaron la decisión de enterrar el cuerpo de Teófanes.

Días después, las familias del centro poblado Libertad empezaron a huir a escondidas de los terroristas que vigilaban la zona. Hoy hay 123 personas desplazadas, según información del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Muchos han dejado a familiares en el pueblo, pues en algunos casos no tenían el dinero suficiente para completar el escape y otros eran demasiado ancianos para resistir el viaje.

LA RUTA DE ESCAPE

No existe un camino que conecte directamente a las familias de Libertad con San Martín de Pangoa. Por eso, Elena con su hija de 10 meses a la espalda y sus otros pequeños tuvieron que cruzar a pie decenas de cerros y atravesar el río Mantaro colgados de una soga y un arnés artesanal hasta llegar al distrito más cercano, Huachocolpa (Huancavelica) y de allí partir hacia Junín.

La Dirección contra el Terrorismo (Dircote) sostiene que los hermanos Quispe Palomino operan en estas zonas alejadas por encargo de los capos del narcotráfico que a la vez financian sus acciones terroristas.

Después de un día de camino, los desplazados llegan a Huachocolpa (Huancavelica) y parten hacia Huancayo y San Martín de Pangoa (Junín) en un viaje de dos días en bus.
Después de un día de camino, los desplazados llegan a Huachocolpa (Huancavelica) y parten hacia Huancayo y San Martín de Pangoa (Junín) en un viaje de dos días en bus.

TENGA EN CUENTA - La Dircote no ha podido ingresar a la zona​ porque el fiscal a cargo, Mario Orellana, dispuso la intervención exclusiva de la Policía de la región.

Los vecinos de Libertad son quechuahablantes y se dedican a la agricultura y ganadería.