Así es, pero es porque el Estado te pone límites. Nosotros no estamos pidiendo que nos mantengan, no estamos pidiendo nada, solo pedimos tener los mismos derechos que cualquier otra familia, que una familia que tiene papá, mamá e hijos o la que tiene dos mamás o dos papás o una sola mamá o un solo papá. Este proceso ha sido bastante difícil, pues hay gente que te dice no, sobre todo los que son antiderechos y están ahí en redes. La sociedad no comprende los momentos de interacción que uno vive con instituciones del Estado, el tener que explicarle si vas a un hospital o a una clínica, qué somos. El tener que repetirlo y el reclamar al mismo seguro que la batalla contra el cáncer de mi pareja no solo es una batalla contra las células cancerígenas es también una batalla contra los seguros privados que están prácticamente hechos para bloquearte. Eso no pasa en las otras familias, somos un proyecto de vida que comparte tiempo, comparte trabajo, tristezas, alegrías, felicidad, comparte su economía, y que tengamos en cada momento que repetir que somos familia es realmente agotador.