Unacem tiene tatuado en su ADN la conservación del medio ambiente

Suplemento especial: La Ruta Unacem. El camino verde que nos impulsa.
Tomada como símbolo del enorme compromiso de la empresa con el desarrollo sostenible y el cuidado del medio ambiente, la flor de Amancay y su ecosistema renacen en el santuario impulsado por UNACEM.

Cada año, entre los distritos de Lurín y Pachacámac, un hermoso manto amarillo cubre las Lomas de Quebrada Río Seco. La flor de Amancay es la responsable del deslumbrante paisaje que a inicios de invierno tiñe de vida y tradición esta pequeña parte de la costa peruana que se ha convertido en su hábitat ideal. La fragilidad del ecosistema donde nace la flor emblema de Lima y el peligro al que está expuesta fueron las razones principales que impulsaron al grupo empresarial a crear en 2021 el Santuario de Amancay, la primera Área de Conservación Privada (ACP) de Lima Metropolitana. Pero la historia que ha convertido a la flor de pétalos dorados en símbolo del compromiso de UNACEM con la conservación y la acción climática empezó mucho antes.

Hace 23 años, como señala Pedro Gamboa, director de Conservación y Articulación Social de la Asociación UNACEM, se identificó un espacio con una alta concentración de flor de Amancay. De la mano de las ONG Floralies y Prodena se inicia la preservación de aproximadamente 70 hectáreas. “La flor de Amancay crece en un ecosistema de lomas, es decir, es una flor endémica de la zona. Por esta razón decidimos ampliar el lugar de protección y, dentro de nuestra política de desarrollo sostenible, se inició en 2021 un expediente para establecer un ACP que aumentó en 11 veces el área inicial”.

En total, son 787 hectáreas de espacio natural las que a partir de entonces volvieron a florecer, a pesar de la amenaza que significa que el 58% de la población de Lima viva alrededor de las lomas costeras y que un estudio de Naciones Unidas sobre el Sistema de Lomas limeño reporte que anualmente estas pierden más de 100 hectáreas de territorio. La labor de UNACEM en el Santuario de Amancay ha sido reconocida por la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía y por los Premios IPAE en la categoría Promoción de la Cultura.

¿Por qué decidieron rescatar la flor de Amancay?

Porque representa la identidad de Lima, pero también porque es una flor en estado vulnerable de extinción. Solo hay flor de Amancay en las lomas y solamente hay lomas en dos países, en Perú y Chile. Nosotros tenemos la mayor concentración, posiblemente entre 60% y 65%. Por eso cuando hablamos del ecosistema de lomas hablamos de un ecosistema único. Tratamos de conservar lo que denominamos “mosaicos de conservación”, es decir, corredores biológicos. Por eso ayudamos y capacitamos a las lomas cercanas, porque sabemos que si las Lomas de Lúcumo o las Lomas de Paraíso desaparecen van a afectar al área protegida.

¿Cuál es la estrategia de conservación?

Tenemos tres campos de acción. Investigación, porque antes de tomar decisiones tenemos que estar informados para no perjudicar el ecosistema. Educación, porque estamos convencidos de que solo se cuida lo que se conoce y por ello apostamos por la formación de los niños que son el futuro de nuestro país y el fortalecimiento de capacidades de nuestras comunidades como aliados para el desarrollo. Y el deporte, porque la actividad física al aire libre genera bienestar. Impulsamos actividades deportivas de aventura, ciclismo y running. Tenemos cinco circuitos delimitados en donde buscamos garantizar la conservación del patrimonio natural y cultural. Los deportistas no solo tienen mucha conciencia ambiental, sino que su presencia genera una economía local.

¿Y el tercer campo de acción?

El tema cultural y de educación. En la ACP hay un sitio arqueológico que según las investigaciones servía como sede logística para el séquito que acompañaba a las autoridades que venían al santuario de Pachacámac. Este sitio se llamaba Pueblo Viejo Pucará. También existe una zona de vigía, desde donde los antiguos peruanos podían observar todo el valle y ver si había amenazas. Desde hace tres décadas estamos apoyando, mediante un convenio con la Pontificia Universidad Católica del Perú, la conservación de este espacio y un cementerio en Tablada de Lurín. En educación, hemos generado el programa Unidos por las Lomas, que empezó con visitas de estudiantes al área protegida para que conozcan la flor de Amancay y su ecosistema. También una campaña de enseñanza vivencial, dentro de un programa de sensibilización con el cual hemos llevado 1,800 jóvenes al área protegida.

¿Cómo ha impactado el trabajo de UNACEM en la flora y fauna de las lomas costeras?

Cuando se pide el reconocimiento al Ministerio del Ambiente, el expediente pasa primero por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). En él se registra el monitoreo de las especies encontradas. El compromiso que tenemos es mantener el número de especies. Hace poco hemos avistado un zorro, especie que señala que hay alimentos y eso significa que la cadena alimenticia está yendo muy bien. Una de las cosas que haremos son acciones de restauración, es decir regresar lo que existía. En la zona hay una desmontera que estamos recuperando y por ello hemos creado el “Paseo de la Restauración” donde nuestros visitantes pueden sembrar un árbol con el compromiso de cuidarlo.

¿Qué desafío mayor enfrenta el trabajo de preservación de estas lomas?

Las áreas naturales protegidas deben convertirse en polos de desarrollo, como Paracas que anualmente lleva un promedio de 600 mil personas y es el segundo lugar más visitado después de Machu Picchu. Creemos firmemente que la conservación sí puede generar oportunidades. Esta iniciativa demuestra que la empresa no es un obstáculo para la sostenibilidad, que puede convivir en aprovechamiento de los recursos naturales ordenado, fiscalizado y normado. El Santuario de Amancay es una iniciativa voluntaria de nuestra empresa. No estamos obligados a tenerla, pero UNACEM tiene tatuado en su ADN el tema de la conservación y es parte de nuestro gran compromiso ambiental y de sostenibilidad.

¿Es posible visitar el Santuario de Amancay?

Totalmente. El ingreso al ACP es gratuito, pero para el ingreso a las zonas más frágiles se requiere los servicios de un orientador local.

El Santuario está abierto todo el año y su ingreso se realiza previa inscripción. Para más información e inscripciones se puede visitar la cuenta de Instagram @santuario.amancay o el sitio web https://asociacionunacem.org/santuariodeamancay/.


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