Perú ha sido un punto estratégico adonde miembros de organizaciones terroristas internacionales han arribado esporádica y discretamente, según información de inteligencia a la que Perú21 tuvo acceso. Entre los casos más recientes están los de Muhamad Ghaleb Hamdar, procesado por sus presuntos vínculos con Hezbollah, y Brian Alvarado Huari, investigado por supuestos nexos con ISIS.
En ambos casos, los involucrados se encuentran libres. El Poder Judicial solo emitió medidas de comparecencia e impedimento de salida del país.
Ghaleb Hamdar fue capturado en octubre de 2014, en Surquillo y la PNP detectó restos de TNT, pólvora negra y otra sustancia explosiva entre sus desechos. El libanés pisó suelo peruano por primera vez en noviembre de 2013 para casarse con la peruana Carmen Carrión, en Yurimaguas. Para ingresar a Perú usó un pasaporte falso de Sierra Leona en el que figuraba el nombre de Muamad Amadar.
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Ghaleb reconoció que pertenecía a la organización terrorista desde 2009. “La mayoría de gente en mi país está de acuerdo con lo que hace el Hezbollah porque ellos nos defienden”, dijo en una audiencia. La Dirección contra Terrorismo (Dircote) halló entre sus pertenencias fotos del aeropuerto Jorge Chávez, de la Dirincri, documentos de Sierra Leona, Liberia y una cédula de Líbano con su verdadera identidad.
El PJ lo condenó a seis años de prisión por el delito de falsificación, pero lo absolvió de la acusación por terrorismo. Por ello, el pasado 27 de octubre –cumplida su pena– salió de la cárcel. El procurador antiterrorismo, Milko Ruiz, explicó que la Corte Suprema anuló la sentencia que libraba a Ghaleb de la acusación de terrorismo y estimó que el nuevo fallo se conocerá en febrero de 2021.
“Se calculaba que en agosto de este año estaría lista la sentencia, pero debido a la pandemia se retrasó el proceso. Esta es la primera vez que tenemos un caso de terrorismo internacional judicializado en Perú, en 2018 recién se incorporó el delito”, sostuvo.
Sorprendentemente, el día de la excarcelación de Ghaleb, el alcaide del penal Ancón I envío una carta al jefe de División de Extranjería PNP para que expulsen del Perú al libanés, a pesar de que contaba con impedimento de salida del país.
“Según consta en su sentencia, se fijó su expulsión del país al término de su condena, motivo por el cual se pone a disposición de su jefatura para su cumplimiento”, se lee.
Agentes de la Dircote advirtieron a la mencionada división policial que no podían expulsar al procesado, así que se paralizó el trámite.
Ruiz acotó que pidieron al PJ una medida de arresto domiciliario contra Ghaleb, pero esta fue rechazada.
El exjefe de la Dircote José Baella indicó que la comunidad internacional está observando al Perú por este caso. “Israel y Estados Unidos están muy preocupados. El Estado tiene que usar todas sus herramientas para lograr una sentencia. Lo peor que podría pasar es que se escape y, Dios no quiera, cometa algún atentado”, dijo.
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En marzo de 2019, a días del inicio de los Juegos Panamericanos, un equipo de la Dircote y la Digimin capturó a Brian Alvarado Huari en San Juan de Lurigancho. Los agentes de inteligencia habían identificado a un usuario de Telegram llamado @Abu_Alfaransi que tenía la foto de perfil de un soldado armado del grupo terrorista ISIS.
En un rastreo digital detectaron que formaba parte del grupo El Califato Permanecerá, donde publicó fotos y videos instructivos para fabricar explosivos y daba ideas para la ejecución de atentados con diversas armas.
Identificaron que la persona que estaba detrás era Alvarado y se comunicaba con conocidos simpatizantes de ISIS de Argelia, Dinamarca, Turquía y Brasil. El peruano intercambió mensajes con Jonathan Da Silva Barbosa, un brasileño seguidor del grupo subversivo, y le confesó que estaba planeando un atentado en los Panamericanos.
Para la Policía Nacional, Brian Alvarado Huari sería un lobo solitario, como se conoce internacionalmente a una persona que actúa por su cuenta –que no necesariamente está ‘oficialmente’ vinculado a una organización terrorista–, pero que comparte una identificación ideológica o filosófica con algún grupo extremista.
El PJ inicialmente le dictó prisión preventiva, pero luego varió la orden a comparecencia con restricciones. Ahora el proceso se encuentra en etapa de instrucción de investigación judicial y se espera que pronto pase a juicio oral.