El arbitraje es un método de solución de controversias alternativo al fuero judicial, que permite a las partes solucionar sus conflictos de forma célere y eficiente. Dentro del arbitraje, se debe distinguir entre dos grandes categorías: el arbitraje institucional y el arbitraje ad hoc o no administrado.
Nos encontramos frente a un arbitraje institucional cuando las partes encomiendan la administración del arbitraje a una institución arbitral, que será la encargada de supervisar la correcta aplicación de los reglamentos y brindar el soporte administrativo y logístico necesario para el desarrollo ágil y eficiente del proceso arbitral. Cabe resaltar que las instituciones arbitrales no resuelven la controversia, siendo esta de competencia exclusiva y excluyente de los árbitros designados por las partes.
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Marianella Ventura, Secretaria General del Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Lima, señala que el arbitraje institucional ofrece a las partes grandes ventajas frente al arbitraje no administrado, ya que “brinda a las partes mayor predictibilidad en lo referido a las reglas, prácticas y costos del arbitraje y, al exonerar a los árbitros de ocuparse de temas administrativos y logísticos, favorece el contexto para que estos se enfoquen en resolver la controversia”.
En ese sentido, la Secretaria General del Centro de Arbitraje de la CCL detalla algunos beneficios que ofrece el arbitraje institucional frente al arbitraje ad hoc:
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