A raíz de la disposición del Gobierno para el retorno presencial de los estudiantes a las aulas durante el 2022, todas las instituciones educativas en diversos niveles vienen preparándose para abrir nuevamente sus puertas cumpliendo para ello con las medidas sanitarias que permitan seguir haciéndole frente a la pandemia.
Por supuesto los nidos o jardines de infancia no son ajenos a esto y tienen quizás por delante una de las tareas más complejas: convertirse en el segundo hogar de los pequeños que van por primera vez al nido o volver a ser el espacio donde los niños no solo aprenden a través del juego sino también socializan, exploran y se divierten.
Pero, ¿cómo lograr un retorno presencial exitoso para los más pequeños? Lenka Neyra, pedagoga y directora del Nido Arco Iris nos brinda cinco consejos efectivos para lograrlo:
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· Fomentar el autocuidado: Según Lenka Neyra, el autocuidado “no solo se refiere a la salud física sino también a la mental, porque de esta manera ayudaremos a nuestros niños y niñas a adquirir mejores niveles de independencia necesaria para su regreso al nido” indica.
· Explicar a los niños las conductas que debemos cambiar como la forma de saludar y la forma de jugar: Es recomendable contarles a los más pequeños que en el nido tendrán un espacio delimitado y nuevas maneras de interactuar, compartir y convivir como por ejemplo toser tapándose la boca, toser en el pañuelo o en el quiebre del codo, lavarse siempre las manos con agua y jabón, entre otros. Una herramienta muy eficaz puede ser crear un “mapa” para que el niño aprenda a través de una lista de tareas las cosas que debe hacer antes de salir de casa y al entrar.
· Generar una cultura de protección tranquila y segura contrarrestando el temor: De acuerdo con la especialista, es recomendable evitar mirar demasiadas noticias, enfocarse en lo bueno y confiar en los protocolos del nido y en la responsabilidad de los maestros y directivos. “Recordemos que somos ejemplo, por lo cual los adultos deben ser los primeros en estar tranquilos y expresar seguridad ente esta nueva realidad. Si hay padres seguros tendremos hijos seguros”, afirma.
· Hablar de las emociones y pensamientos que le ocurren a los más pequeños: De esta manera les daremos seguridad para generar confianza en este retorno. Asimismo, enfocándonos en los aspectos positivos de regresar a clases y los sentimientos agradables que esto trae, podremos también hablarles de manera natural sobre las medidas de seguridad que se han establecido en el jardín para cuidar su salud y cómo ellos pueden ayudar para que las medidas funcionen.
· Comunicar eficazmente a los niños las medidas fundamentales de bioseguridad que estamos tomando en el hogar y que también se deben replicar en el nido: “Nos lavamos permanentemente las manos”, “usamos constantemente el tapabocas” y “mantenemos la distancia con las personas externas a la familia” son algunas de las medidas que debemos seguir comunicando y practicando con los más pequeños con el objetivo que ellos “puedan interiorizar estas medidas de bioseguridad, indica la especialista.
· Realizar salidas a entornos cercanos para vivenciar las tres medidas y fortalecer el aprendizaje de hábitos básicos como usar gel antibacterial, la toma de temperatura, limpieza del calzado, ubicarse en los espacios marcados para mantener la distancia, evitar tocar superficies, etc.
· Reforzar el seguimiento de instrucciones a través de la familiarización y comprensión de las señales informativas correspondientes a la bioseguridad tanto en el aula de clases como en el local del nido. “En este punto, el rol que realicen los docentes y auxiliares de aula en conjunto con los padres será prioritario para ayudar a los pequeños a identificar los lugares y comportamientos para mantener la higiene frente a la pandemia” indica Lenka Neyra.
Finalmente, la especialista recomienda a los padres y tutores hacer entender a los más pequeños la importancia de “entrar a un “nuevo modelo de vida” en el que tenemos que aprender a vivir con el virus y de esa manera incorporar las actividades cotidianas.
Empoderar a los niños para que regresen al nido de manera exitosa les permitirá recuperar un espacio esencial de desarrollo social, afectivo y de aprendizaje en el que puedan vivir experiencias que les permita tener un desarrollo integral armónico”, puntualiza.