Además de la experiencia única, los ganadores tendrán la oportunidad de disfrutar de un late checkout, permitiéndoles extender su estancia y sumergirse completamente en la serenidad y el encanto de Paradisus Playa del Carmen. El amor después del amor.
Además de la experiencia única, los ganadores tendrán la oportunidad de disfrutar de un late checkout, permitiéndoles extender su estancia y sumergirse completamente en la serenidad y el encanto de Paradisus Playa del Carmen. El amor después del amor.

La Riviera Maya es una zona costera turística mexicana que mira al mar Caribe, en el estado de Quintana Roo. Fue originalmente habitada por el pueblo maya más de 200 años antes de Cristo, siendo precisamente este valioso legado cultural el que luego potenciaría la belleza natural del lugar como destino turístico irrepetible. Naturaleza, Caribe e historia se reúnen en uno de los paisajes más hermosos del planeta. En sus costas se encuentra el hotel Paradisus La Perla, destino proporcionado por Costamar Travel como premio al concurso “¡Sí, quiero!”

TREMENDO PREMIO

Esta promoción exclusiva llevará a los afortunados ganadores a una experiencia inolvidable de lujo y romance en el corazón de Playa del Carmen. Ya instalados en el hotel, Paradisus La Perla le regalará a la pareja ganadora la fiesta de compromiso.

Esta celebración se inicia con la pareja ganadora disfrutando de un check-in personalizado, siendo recibida con un servicio excepcional que marcará el comienzo de una escapada única. La experiencia incluye una cena privada sorpresa junto al mar, creando un ambiente idílico para que disfruten de momentos de intimidad y conexión. La culminación de esta experiencia de ensueño será una cena romántica bajo las estrellas, donde los ganadores se deleitarán con un exquisito menú de tres tiempos y un montaje romántico que realzará la magia del momento.

Además de la experiencia única, los ganadores tendrán la oportunidad de disfrutar de un late checkout, permitiéndoles extender su estancia y sumergirse completamente en la serenidad y el encanto de Paradisus Playa del Carmen. El amor después del amor.

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Brillantes y famosos

Algunas curiosidades de los anillos de compromiso y un breve repaso por las magníficas joyas que portaron míticas celebridades.

ÍCONO. Tiffany Setting, el anillo de compromiso más emblemático del orbe.
ÍCONO. Tiffany Setting, el anillo de compromiso más emblemático del orbe.

Como toda tradición, el anillo de compromiso encierra más de una peculiaridad. Una costumbre que aún sobrevive es la de corresponder dicho anillo con un reloj de compromiso que la novia regala al novio.

Se desconoce dónde empezó esta usanza según la cual el novio usa este obsequio por primera vez el día de la boda. (Subliminalmente es una manera de advertirle que no puede llegar tarde a esa cita).

Entregar un reloj de compromiso significa, además, inaugurar un espacio temporal en el que el tiempo real no existe cuando el amor verdadero está presente. Y esto nos lleva de regreso al tema del anillo y los diamantes.

UNA PIEDRA PARA SIEMPRE

Se dice que el valor del anillo de compromiso debe respetar la llamada “regla de los tres meses”. Para entender de qué se trata, es necesario remontarse a los años 30. Por esa época, Estados Unidos luchaba contra la Gran Depresión y la industria del diamante hacía grandes esfuerzos por sobrevivir a la crisis. Todo cambió cuando una astuta agencia de publicidad lanzó una exitosa campaña de marketing que afirmaba que “los diamantes son eternos”. La frase fue tan poderosa y longeva que luego hasta la saga de James Bond la utilizaría como título de una de sus taquilleras películas.

Siguiendo esa premisa, ¿qué significaba comprometer –por lo menos– un mes de salario para su compra? Las ventas subieron como la espuma y la publicidad se mantuvo a lo largo de varias décadas. Es en 1980, ya en otro escenario económico global, que el número de meses de salario que el novio debía invertir en el anillo aumentó de uno a tres. Poco gasto cuando se está hablando de un compromiso para toda la vida.