En base a la experiencia de diversos casos atendidos por el SERFOR, se observó que este animal estuvo en cautiverio desde que era una cría, por lo que está acostumbrado al contacto humano. “Una posible reintroducción a su medio natural pondría en peligro su integridad, debido a su falta de habilidades para conseguir alimento, defenderse de otros animales silvestres, entre otros riesgos”, explicó el director de Gestión Sostenible de Patrimonio de Fauna Silvestre, Allan Flores.