Cada día a la una de la tarde, Jorge Arellano Navarro toma su lapicero y un papel, y comienza su ritual. Es puntual. Nunca se ha pasado más de cinco minutos de la hora establecida. Una vez que se coloca su chaleco y gorro de safari, camina por el sendero de madera blanca de la Estación de Monitoreo Campo de Marte y se detiene en los termómetros que están guardados en una caseta blanca. Abre la puerta y comienza a tomar nota.

Jorge es un observador del Servicio Nacional de Meteoreología e Hidrología, más conocido como Senamhi.

Lo que viene a continuación son números, sumas y restas mentales para sacar conclusiones inmediatas que se apuntarán en una hoja membretada. A Jorge solo le basta ver por unos segundos los termómetros para conocer cuál es la temperatura, la velocidad del viento o la humedad relativa. A veces ni usa calculadora.

Juan Ponce trabaja desde hace 17 años en el Senamhi. (Juan Ponce/GEC)
Juan Ponce trabaja desde hace 17 años en el Senamhi. (Juan Ponce/GEC)

Es lunes y el termómetro ha marcado 28 grados, pero la sensación térmica es aún mayor. Jorge lleva en el rostro crema bloqueadora. Siempre lo hace. A sus 57 años ha aprendido a cuidarse, pero sobre todo, ha adquirido las artes de la medición.

Los números que apunta en su hoja blanca son inmediatamente comunicados a la central del Senamhi. Una vez analizados por los meteorólogos, recorrerán virtualmente miles de kilómetros para llegar a todo el país. Gracias a esos datos, por ejemplo, en Cusco conocerán que a la 1 de la tarde, la temperatura en Lima llegó a 28 grados.

Jorge lleva 17 años haciendo eso. El ritual lo repite a las 7 de la mañana, 1 de la tarde y 7 de la noche. Trabaja en la estación Campo de Marte, una de las más de 900 que existe en todo el país.

Labor de 24 horas

Si bien el Senamhi tiene 13 direcciones en igual número de regiones en el Perú, la sede principal se encuentra en Jesús María. Un conjunto de edificios con lunas de azul oscuro albergan este espacio dedicado a medir la temperatura, conocer el clima y brindar información de los recursos hídricos.
Adentro esperan diversas oficinas con monitores enormes con distintos mapas del Perú. Por ejemplo, en la Subdirección de predicción meteorológica dos pantallas dan la bienvenida a la oificina. Una presenta el pronóstico de las temperatura de cada región. El panorama para Lima se muestra poco alentador. Marca para el jueves 21 de febrero unos 32 grados. Tres días después, el mismo jueves, comprobaríamos que el dato era exacto. Lima es un horno.

La meteoróloga Sara Olivares trabaja en esta oficina desde hace 10 años. Todos sus compañeros de la subdirección provienen de la Universidad Agraria La Molina, la única casa de estudios que enseña esta carrera en el Perú. Ella recuerda que de niña le fascinaba ver el cielo, principalmente las nubes, a las que le asignaba un nombre de acuerdo a su forma. “No sabía que existía tal profesión, pero ya me gustaba”, recuerda.

En la Subdirección de predicción metereológica no hay descansos. La oficina atiende las 24 horas todos los días a la semana ya que es la encargada de recepcionar la información de las demás direcciones y emitir las alertas y notas correspondientes. Al día, emitirán un promedio de 28 de ellas. Una correspondiente al aviso diario, otras dos sobre las precipitaciones. En tanto, el nowcasting brinda información de las luvias y se emite cada hora.

Sin embargo, un aviso puede mandarse en cualquier momento si es necesario, recalca Sara Olivares, quien agrega que por estas semanas son consultados a diario por la prensa debido a los  fenómenos ocurridos en todo el Perú. Su oficina, por ejemplo, ha comunicado que esta semana aumentará la temperatura en la Costa o que las lluvias continuarán en la sierra sur. 

Conocer el tiempo

Ken Takahashi, un físico egresado de la PUCP, decidió irse a estudiar a Estados Unidos al caer en la cuenta que se había enamorado de todo lo relacionado con el clima. Es así que iniciaría un doctorado en Ciencias Atmosféricas por la Universidad de Washington que terminaría en 2006. Tras un largo periodo en el Instituto Geofísico del Perú, donde llegaría a convertirse en director de Ciencias de Atmósfera e Hidrósfera, sería nombrado presidente ejecutivo del Senamhi.

Desde que se fundó en 1969, el Senamhi ha tenido 17 presidentes ejecutivos. Quince de ellos fueron militares ligados a la Fuerza Aérea. Nada extraño si tenemos en cuenta que cuando nació, la institución formó parte del Ministerio de Aereonáutica, para luego pasar al de Defensa años más tarde. Posteriormente, con la creación del Ministerio del Ambiente en, 2008, pasaría a formar parte de esa cartera.

Amelia Díaz fue la primera civil en liderar el Senamhi. Se desempeñó en el cargo desde 2011y lo dejaría en 2017, para dar paso a Takahashi.

Sentado, en una oficina que tiene las paredes copadas de un mapa del Perú, la fotografía del presidente Martín Vizcarra y un termómetro, el físico señala la importancia del Senamhi para un país como el Perú, que mantiene, entre otras particularidades, cerca de 28 climas.

Ken Takahashi es PhD en Ciencias Atmosféricas por la Universidad de Washington, y bachiller en Ciencias con mención en Física por la Universidad Católica del Perú. (Juan Ponce/GEC)
Ken Takahashi es PhD en Ciencias Atmosféricas por la Universidad de Washington, y bachiller en Ciencias con mención en Física por la Universidad Católica del Perú. (Juan Ponce/GEC)

“El Perú es un país complicado en términos meteorológicos e hidrológicos porque tenemos la presencia de los Andes, estamos en zona tropical o el Fenómeno El Niño. Por ejemplo, los Andes hacen que los ríos sean tormentosos, que se formen nevadas, heladas y tenemos una costa que es desértica”, indica el físico.

“Las veinticuatro horas monitoreamos lo que ocurre con la atmósfera, lluvias, temperatura, vientos. En el área de Hidrología, observamos el comportamiento de los ríos. Somos cocientes que siempre puede ocurrir un evento y mientras más tiempo tengamos antes de que ocurra será mejor. El Senamhi sirve a todo el Estado. Desde autoridades locales hasta el Gobierno Central. Todo organismo que tiene que ver con planificación nos consulta. Pero más sistemáticamente lo hace el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres (SINAGERD), cuya rectora es la PCM. Y en la cual hay sinfín de instituciones como Indeci, las autoridades regionales, locales. Ahí la información es consumida minuto a minuto”, agrega.

Al doctor Takahashi lo acompañan esta mañana Constantino Alarcón, director de Agronometeorología; Karím Quevedo, subdirectora de Estudios e Investigaciones Agrometeorológicas; Percy Barrón, gerente general y dos asesores más.

La meteoróloga Sara Olivares es egresada de la Universidad Agraria La Molina, la única casa de estudios que ofrece dicha profesión en el Perú. (Juan Ponce/GEC)
La meteoróloga Sara Olivares es egresada de la Universidad Agraria La Molina, la única casa de estudios que ofrece dicha profesión en el Perú. (Juan Ponce/GEC)

Cambios de medio siglo

El Senamhi cumplirá en marzo 50 años de creación. Medio siglo que llegan en un proceso de reforma institucional, como la modernización de la institución, señala Takahashi, quien reconoce que algunas estaciones de monitoreo manejan tecnología que debe ser actualizada de inmediato. “Otro tema está asociado a la gestión de calidad, que nuestros procesos esten estandarizados con certificación de calidad, de manera que nuestra información salga perfecta, que no haya cuestionamiento alguno”, resalta.

Los radares meteorológicos son otras de las necesidades planteadas por el presidente ejecutivo. Con esos aparatos –que son utilizados en otros países latinoamericanos- se podría conocer de manera exacta, por ejemplo, dónde se efectúa una tormenta y su trayectoria. No es que ahora no se conozca tal información, pero con un radar de ese tipo la exactitud aumenta en gran magnitud.

“Queremos también no solo tener 13 direcciones regionales. La idea es llegar a todas las regiones del país, pero en lo que queremos poner énfasis es diversificar nuestros productos. Es decir, a nivel mundial se da información general de lluvias o temperatura. Lo que busca el Senamhi es dar más. Por ejemplo, no solo dar el pronóstico de lluvias, sino: ‘los peligros de que haya un impacto de la salud por la humedad’. Llevar el dato climático, meteorológico e hidrológico al nivel del uso diario de los usuarios, información más accesible y trabajar con comunidades campesinas, que nuestros pronósticos llegue en quechua”, sostiene.

En el Perú hay más de 300 estaciones de observación
En el Perú hay más de 300 estaciones de observación

Medio siglo ha pasado desde que se creo el organismo capaz de informarnos si mañana lloverá o no. El trabajo es arduo, perfectible, claro, pero no solo depende de este edificio ubicado en la avenida Salaverry. Como señala Jorge, el observador del Campo de Marte, la clave está en conocer si realmente se trabaja con la información brindada. A estas alturas no es difícil decir que mañana lloverá, lo difícil está en cómo hacemos para que esa lluvia genere risas en vez de llantos.

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