A dos años de las lluvias y huaicos, como consecuencia del , que destruyeron sus hogares, unas 91 familias que se ubicaban en el cauce de la quebrada El León, en los distritos de Huanchaco y La Esperanza, en , aún sufren un calvario.

Ellos viven en unos módulos de viviendas temporales de 20 metros cuadrados ubicados en el centro poblado El Milagro, en el distrito de Huanchaco, con la única esperanza de ser reubicados a una zona en donde, por lo menos, puedan contar con los servicios básicos y no estén expuestos al hampa. Esta localidad es considerada como zona roja por la Policía.

Ruth Díaz, quien tiene un hijo de 3 años y otro de 6 años, vivía en el sector Virgen del Socorro II desde el 2012. Ahí compró su lote por S/5 mil sin saber que cinco años después un huaico terminaría llevándose sus cosas. “Lo perdí todo”, indica.

Ahora intenta reponerse, pero aún tiene que luchar con la indiferencia de las autoridades, que parece se hubieran olvidado de los damnificados.
Nosotros compramos por cisternas el agua, entre varios vecinos, para poder abastecernos. Acá vivimos a la intemperie y expuestos al peligro. Hay rateros y cosas no aptas para vivir acá”, indicó.

Recordó que el año pasado, durante las elecciones, varios candidatos los visitaron y les ofrecieron ayuda de llegar a ser autoridades. No obstante, tras pasar los comicios, ya nadie les presta apoyo.

“Solo un tiempo nada más traían agua, cuando estaban en campañas políticas. A la gente la llevaban en carros (para apoyar las campañas)”, afirmó.

Matilde Azucena es otra madre de familia que lo perdió todo. Ella vivía en el Parque Industrial, en la Esperanza, pero el agua se llevó sus cosas. “Para que nos traigan acá nos dijeron que nos iban a reubicar, pero ahora no sabemos (si nos reubicarán)”, señaló.

Ella cuenta que ya está “aburrida” de vivir tanto tiempo en ese lugar, pero debe permanecer ahí porque no tiene a donde llevar a sus hijas. “Yo vivo con mi hija de 5 años y otra de 1 año y 5 meses. Hace bastante frio. Ellas están bien porque no las dejo salir, sino se enfermaran”, dijo.

También mostró su preocupación por la inseguridad que existe en la zona. “Como tres veces han venido a robar, por eso da miedo. Acá no estamos seguros porque hay puertas que se pueden abrir con cuchillos”, manifestó.

Elizabeth Baltazar, en tanto, recuerda que su casa de material noble en el sector Los Tallos cedió ante los huaicos. En los módulos en donde ahora vive asegura que sus hijas contrajeron enfermedades, debido a las malas condiciones a las que están expuestas.

“Mis niñas se resfrían y son alérgicas al polvo. Hay niños que sufren de enfermedades al estómago. Además, las moscas han incrementado y estamos expuestos a diferentes enfermedades”, declaró.

Por ello, pidió a las autoridades acelerar los trámites para la construcción de las viviendas que les ofrecieron en el sector Cuatro Suyos de La Esperanza.

“Nos han dicho que nos van a reubicar y hasta el día de hoy estamos esperando. Tenemos la necesidad de ser reubicados porque no queremos regresar a la zona en donde hemos vivido”, expresó.