Luego del enfrentamiento y el motín registrados en el Centro de Reclusión Juvenil de Trujillo (ex Floresta), se han activado las alarmas en Chiclayo ante el temor de que se repita una situación similar en el reformatorio José Quiñones Gonzáles de esta ciudad, conocido como ‘El Escuelín’.
La directora del recinto, René Coronado, dijo que debido a ello se han reforzado las medidas de seguridad para prevenir alguna emergencia en el recinto. Sin embargo, dijo que el hacinamiento y los internos mayores de edad, que representan el 30%, podrían provocar inconvenientes.
Además, señaló que es preocupante la presencia de infractores que integran redes criminales de Trujillo y Chimbote. Agregó que teme que se registre una fuga, como la que ocurrió en septiembre de 2017, cuando ocho internos escaparon con ayuda de sujetos armados. No obstante, refirió que se coordinó con la Policía para que brinde seguridad en los exteriores del centro.
En Piura, la directora del Centro Juvenil Miguel Grau, Julissa Bustamante, dijo que el recinto tiene una sobrepoblación de más del 60% e indicó que se necesita un millón de soles para subsanar los problemas de infraestructura del local. Este fue construido para 80 internos, pero alberga a 138. La Defensoría del Pueblo también detectó estas anomalías.
El gobernador de La Libertad, Luis Valdez, en tanto, solicitó al Ministerio de Justicia que se reubique la correccional de Trujillo. Precisó que su infraestructura no es óptima y representa un peligro para la población. Acotó que está dispuesto a ceder un terreno.
Además, lamentó que las autoridades judiciales no hayan tomado las medidas para evitar la gresca con cinco muertos y la reyerta causada por 31 internos, quienes ya fueron trasladados a Lima.
DATO
-En los últimos años se han registrado tres fugas en el reformatorio de Chiclayo. Por ello, a fines de 2017 se instaló un puesto policial de respuesta inmediata al exterior.
-El 19 de junio de 2017 se fugaron cuatro internos del reformatorio de Piura trepando las paredes.