Agentes policiales manejan una hipótesis en torno a la muerte de Yubitza Llerena de Mendiburu durante la práctica de un juego sexual extremo. Su esposo, el médico Rubén Valera Cornejo la habría anestesiado para utilizar, aparentemente y de forma contranatura, el casquillo de un proyectil de mortero como juguete sexual durante su último encuentro.
Los investigadores hallaron en la habitación de la pareja, unas ampollas de anestesia para atenuar el dolor de su esposa y llevarla a prácticas con claros indicios de sadismo erótico. El hecho ocurrió en noviembre pasado, en Arequipa.
"(El cuerpo) presentaba sangre por todo el cuerpo, no correspondía a un sangrado menstrual. No había lugar a dudas", explicó Javier Arana, jefe de la División Nacional de Crímenes a Panorama.
Al examinar la habitación, la policía encontró varios objetos sexuales, y entre ellos lo que sería el casquillo de un proyectil de mortero de 33 centímetros de largo y seis de diámetro.
Este tipo de munición es usado por la infantería militar mediante un mortero, que es una especie de cañón pequeño con ángulo alto, capaz de disparar un proyectil de alto poder destructivo o incendiario de forma vertical a corta distancia del enemigo.
En su declaración, Valera Cornejo no fue capaz de confirmar o negar que el objeto tenga o no carga explosiva. Incluso, el proyectil tenía rastros de sangre y vello púbico.
CARGO POR FEMINICIDIO
Mientras la familia de la víctima pide cárcel para el sujeto, el médico Valera Cornejo se encuentra en libertad aunque tiene impedimento de salida del país. Enfrenta los cargos de feminicidio y tenencia ilegal de armas