Silvia es una mujer menuda, pero de corazón grande y optimista. Cuando habla de su hijo, sus ojos se iluminan y la sonrisa llega a su rostro de inmediato. Entonces se llena de energía y parece invencible. Y es que su hijo ha hecho que olvide todas las dificultades que le ha tocado vivir por haber nacido con osteogénesis imperfecta.

Esta es una enfermedad rara que afecta a uno de cada 20,000 habitantes y cuyos niños que la padecen son denominados ‘niños de cristal’, por la similitud entre la fragilidad del cristal con sus huesos.

Debido a su condición, Silvia ha pasado muy duros y tristes momentos que prefiere olvidar. Nunca pensó tener un hijo, pues sabía que, por su tamaño y fragilidad, era un riesgo demasiado grande. Sin embargo, a los 26 años se enteró de que estaba embarazada.

Sola y con el temor de lo que podría ocurrir, decidió enfrentar esa situación y, aunque su hijo heredó su trastorno, ha sido el día más feliz de su vida.

“Tener a mi hijo es mis brazos fue lo mejor que me pudo ocurrir. Desde que lo tengo a él las dificultades y las enfermedades han quedado atrás y no me importa nada más. Es mi inspiración, es mi vida”, manifiesta orgullosa.Para Silvia, ser madre soltera y tener una enfermedad rara no es nada difícil si la recompensa es pasar tiempo con su hijo. Pese a sus limitaciones, ella lava, plancha, cocina, trabaja y hasta se da tiempo para jugar a las luchas con su hijo, pero sin hacerse daño. “Cuando uno quiere de verdad, siempre hay forma de salir adelante. Mi hijo no me permite rendirme, me anima a luchar”, sostiene.

Silvia es de condición humilde, pero teje ropones para bebés y se las ingenia para pagar las terapias que su hijo necesita y que no son cubiertas por Essalud. Pero su esfuerzo no es suficiente, pues ahora la familia está buscando apoyo para costear una operación a fin de corregir la colocación de los clavos que le han puesto al menor para fortalecer sus huesos.

Además, Silvia sueña con que su hijo sea profesional. “Yo soy de Huancayo y no pude estudiar porque mi colegio quedaba demasiado lejos. Pero mi hijo quiere ser médico y yo no voy a parar hasta lograr ese objetivo. Él solo me tiene a mí, así que no le puedo fallar”, dice.

Si quiere apoyar a Silvia, puede hacer un depósito a la cuenta 001101830200945863 del BBVA o contactarla en el teléfono 936828574.