La pandemia del coronavirus desnudó las limitaciones del sector salud. El fracaso del Estado permitió la incontrolable y mortal arremetida del COVID-19 en nuestro país. Los resultados nefastos que dejó la pandemia, sin embargo, no parecen haber servido para impulsar a partir de este fracaso estrategias a largo plazo para mejorar el servicio y facilitar el acceso a la salud de los peruanos.
Nada ha cambiado. Los pacientes no esconden su insatisfacción por el servicio de salud que reciben y ello se refleja en una encuesta realizada por Ipsos Global Advisor en 31 países en el que solo el 16% de los peruanos consultados considera como buena la calidad del sistema de salud, una de las percepciones más bajas entre los países encuestados; solo por encima de Polonia y Hungría. La cifra nacional está por debajo del 44% del promedio global.
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El informe revela, además, que un 49% de encuestados señala que los largos tiempos de espera y el acceso a tratamientos son los principales problemas que enfrenta nuestro sistema de salud. Precisamente, un 74% considera que los tiempos para conseguir una cita médica son demasiado largos.
En medio de las desventuras que pasan a diario los pacientes en el Perú, un 60% espera que en los próximos años la calidad de la atención médica a la que accede mejore. Una cifra que resulta un grito desesperado para que esta caótica situación cambie, teniendo en cuenta el bajo porcentaje que se promedió entre los 31 países (28%).
“La población se siente frustrada”, señala Raúl Urquizo, el exdecano del Colegio Médico del Perú, para quien esta encuesta refleja una realidad que no se puede negar.
“Las condiciones de salud en el país son pésimas, y eso es porque los gobiernos no le han dado la importancia de trabajar en la prevención y suministrar recursos a los 8,200 establecimientos, de primer nivel. Hemos perdido la gran oportunidad de hacer una reforma de fondo de la salud y trabajar fundamentalmente en la prevención; existe la idea de que la salud es solo tener hospitales; no, es tener agua, desagüe, una vivienda, y acceder a campañas de vacunación”, dijo el médico a Perú21.
LA SALUD MENTAL MANDA
Los resultados de este último informe de servicios de salud realizado por Ipsos han colocado, además, a la salud mental como el mayor problema de salud con 45% en promedio en 31 países. Hace seis años ocupaba el tercer lugar con 27%.
Para los entrevistados peruanos la salud mental también es el principal problema de salud en el país, con 46%, por encima del estrés (41%), el cáncer (40%) y la obesidad (30%). El año pasado la cifra se colocó en 44%.
A Roberto Lerner no le extrañan estas cifras. Para el especialista, la traumática experiencia vivida en nuestro país durante la pandemia del COVID-19 tiene mucho que ver.
“Creo que la gente se hizo muy sensible a todo lo que tiene que ver con estrés, cuadros de ansiedad, ataques de pánico, sentimientos de soledad, de tristeza, de impotencia, a mí no me sorprende para nada. Hay una percepción de que hay muy pocos recursos dedicados a la salud mental, que a diferencia de otros males es algo que no se ve, que no se toca, entonces la gente como que asume que no son los servicios de salud, sino las comunidades, las escuelas la familia, los que deberían hacerse cargo de eso”, analizó para este diario.
OPINIÓN
Gonzalo Elías / Psicoterapeuta
"Que el 46% de peruanos señale que la salud mental es el principal problema de salud del país es un reflejo de una realidad. Estas cifras hablan no solo de una creciente problemática de la salud mental, sino también de un lado bueno, de una creciente conciencia de estos males, de la importancia de la salud mental y de una mayor integración entre el cuerpo y la mente. El tabú ha bajado y esa es una buena señal.
Los problemas de salud mental están incluso por encima de otras enfermedades como el cáncer, la obesidad y el consumo de drogas. Y tanto el cáncer como el consumo de drogas y la obesidad correlacionan muy alto con problemas emocionales y mentales. Se ha comprobado científicamente que los problemas de salud mental inciden en una porción no menor en las enfermedades oncológicas. Las depresiones no tratadas en el tiempo pueden devenir en enfermedades oncológicas.
Si pudiésemos medir los factores indirectos psicosomáticos, digamos enfermedades del cuerpo, pero que tienen un origen en las emociones, creo que ese porcentaje sería aún mayor.
Hay que entender que la salud mental está conectada con la vida en general, con el trabajo, con la vida personal. Algunas recomendaciones para tratar de mejorar estos índices de enfermedad mental son mejorar la alimentación, mejorar los estilos de vida, trabajar no solo en la intervención de los problemas de salud mental, sino también hacer trabajo en prevención y promoción de la salud".
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