Lo que era una salida de amigos, en la discoteca, se convirtió en una madrugada sangrienta para un joven de -apenas- 20 años de edad, que fue asesinado de un balazo en la cabeza.
En plena pista de baile y alrededor de decenas de personas, David Eustaquio Rojas fue interrumpido por dos sicarios que, sin importarle absolutamente nada, le dispararon.
La vida se le fue en el acto. El adolescente se desvaneció en el suelo sin saber que esa era su última canción. Sus amistades huyeron despavoridas.
Los manifestantes impiden el paso de los vehículos en el sector de Túpac Amaru.
Al oír los disparos (fueron varios) todos los que estaban dentro de la discoteca 'El búnker', en el distrito de Chao, provincia de Virú, en la región de La Libertad, escaparon del lugar.
Igual los sicarios. Ya lo tenían todo planeado. Aprovechando la estampida de gente buscando la salida, se mezclaron y se perdieron entre los jóvenes, que temían por sus vidas.
Sin embargo, algunos pocos se quedaron e intentaron darle los primeros auxilios a David Eustaquio Rojas y a su amigo. No tuvieron éxito con el primero, pero sí con el segundo, que fue asistido.
Todo quedó grabado. El sicario vestía con una polera negra y una gorra blanca y tenía totalmente claro quién era su objetivo, pues se acercó a él, apuntó, disparó sin decir nada y huyó.
Al lugar de estos lamentables hechos, llegaron los peritos de la Policía y los representantes del Ministerio Público para recoger el cuerpo y para iniciar sus investigaciones desde el lunes 22.
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