BRECHAS. Niñas de zonas rurales se ven obligadas a dejar la escuela y truncan su proyecto de vida. (MarioZapata/Perú21)
BRECHAS. Niñas de zonas rurales se ven obligadas a dejar la escuela y truncan su proyecto de vida. (MarioZapata/Perú21)

En su último informe sobre brechas de género, el advirtió que los países no están avanzando en el tema, sino, por el contrario, retroceden. Cerrar las diferencias entre hombres y mujeres está costando mucho y al ritmo actual ya no tomará los 83 años previstos, sino 100, aunque en el tema de oportunidades económicas llevaría hasta 217 años.

Aunque el Perú está entre los países de América Latina que mejoraron su índice global, pues entre 2016 y 2017 subió 32 posiciones en el ranking mundial y ahora ocupa el puesto 48, entre 144 naciones evaluadas, la ubicación es principalmente por la mejora de las mujeres en la economía.

Sin embargo, preocupa que el informe consigne que el Perú tiene una de las brechas de género más amplias de la región en temas de salud y supervivencia de las mujeres. Elena Zúñiga, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), señaló que en el último año el Perú mejoró los indicadores de la niñez, en materia de educación básica para niños de primaria, asistencia escolar y nutrición, donde las desigualdades de género prácticamente han desaparecido e incluso las mujeres están un poco mejor. No obstante, se ha notado que a partir de los 10 años se empiezan a marcar profundas brechas de género porque las niñas, al llegar a la pubertad, hallan muchas barreras que les impiden el ejercicio de sus derechos.

“Esta edad es crucial en el desarrollo de las personas. Entre los 10 y los 25 años ocurren cambios muy importantes que hacen transitar a las mujeres a la vida adulta, pero se ha notado que en muchos casos las niñas se vuelven adultas más temprano porque asumen la maternidad, toman la carga del trabajo doméstico de su casa, abandonan la escuela o se incorporan al mercado de trabajo sin tener las capacidades necesarias”, manifestó.

Zúñiga enfatizó que la adolescencia y la juventud son etapas para prepararse para la vida adulta, madurar y desarrollar capacidades, pero en Perú este proceso se está truncando para las mujeres, sobre todo en las zonas rurales y de la Amazonía y en las poblaciones con ingresos más bajos.

SIN OPORTUNIDADES

Las cifras respaldan esa afirmación, pues, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes 2017), el porcentaje de mujeres entre 15 y 19 años que tuvieron que asumir una maternidad y transitar a la vida adulta es de 14%, y en las zonas rurales la tasa se eleva al 24%. Solo en 2017 se reportaron 58,582 adolescentes madres. Empero, cada vez es mayor el porcentaje de mujeres que hubiera querido postergar su maternidad, pero no lo hizo por falta de información, pues una de cada dos no tiene acceso a métodos anticonceptivos.

Zúñiga subrayó que un embarazo precoz lleva a la mujer a abandonar los estudios y por lo tanto tendrá menores posibilidades de empleo, pero además esta es también una de las razones por las cuales se acentúan los problemas de salud y el aumento de la mortalidad materna, que el año pasado dejó 375 mujeres fallecidas, a diferencia de 2016 que se registraron 322 decesos.

“Si las mujeres cuentan con sistemas de protección y habilidades necesarias para transitar a la vida adulta postergando la unión y el matrimonio, así como el embarazo, y sobre todo el abandono de la escuela, el futuro de esa niña será diferente y su posibilidad de participar en el desarrollo del país con éxito y en las mismas condiciones que los varones será mucho mayor”, sostuvo la representante del UNFPA.

CRECE LA VIOLENCIA

Pero las mujeres enfrentan más dificultades. Eliana Revollar, adjunta para los Derechos de la Mujer de la Defensoría del Pueblo, dijo que, aunque la participación de la mujer en la economía ha mejorado, pues hay un 57% de población femenina que trabaja, la mayoría está subempleada, es decir que no trabaja en lo que debe. Además, las mujeres ganan el 30% menos que los varones, un 59% se dedica al trabajo del hogar no remunerado y no son consideradas entre la población económicamente activa (PEA).

“Pese a que más del 70% de ese trabajo en casa lo asume la mujer, no hay reglas paritarias para que esa responsabilidad del hogar sea compartida”, anotó Revollar. Pero eso no es todo. Aunque el Perú ha avanzado en la equidad salarial –con la aprobación de la Ley N° 30709 que prohíbe la discriminación remunerativa entre varones y mujeres– y tiene una de las tasas más altas de América Latina en participación femenina en el trabajo, eso está acercando a las mujeres a su autonomía económica, pero no las está protegiendo de la violencia de género.

Walter Mendoza, oficial de Población y Desarrollo del UNFPA, señaló que, de acuerdo con las cifras del INEI, cada minuto una mujer es víctima de violencia física por parte de su pareja y cada cuatro minutos una mujer es víctima de violencia sexual por su esposo, conviviente o compañero.

Además, muchos de los casos de embarazo infantil o adolescente son también el resultado de una violación. “Eso expresa una enorme desigualdad entre hombres y mujeres en el ámbito de la familia”, mencionó.

NI UNA MENOS
NI UNA MENOS

PLANTEAN ALTERNATIVAS

Al respecto, Revollar señaló que en el país las actividades que realiza el Estado para reducir la violencia y las brechas de género son inconexas y desarticuladas y, aunque hay avances en materia legislativa, no son suficientes, pues hace falta que se establezcan políticas igualitarias y que se adopten acciones para hacer que estas se cumplan.

Liz Meléndez, directora de Flora Tristán, coincidió con esta afirmación y enfatizó que el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables solo asigna el 0.01% del presupuesto nacional a la reducción de las brechas de género. “El Estado no invierte aún lo suficiente y por ello no hay resultados. Tenemos políticas y planes contra el embarazo adolescente, la violencia de género y otras problemáticas, pero el desafío es hacer que estas políticas funcionen”, manifestó.

Elena Zúñiga mencionó que para avanzar en la problemática se necesita una educación integral en temas de sexualidad y, asimismo, mejorar el acceso a la justicia con enfoque de género para romper con los roles tradicionales y evitar que la violencia se normalice y se reproduzca.

Eliana Revollar subrayó que además se necesita el compromiso de la sociedad para que desde la niñez se eduquen mujeres fuertes que defiendan sus derechos y se erradique el pensamiento machista.

TENGA EN CUENTA

* Perú ha logrado avanzar en algunos temas relacionados a las brechas de género, como el parto institucional, que alcanza al 92% de las mujeres.

* Sin embargo, las mujeres aún tienen poco acceso a los cargos directivos y ocurre lo mismo en el ámbito político donde solo hay un 3% de municipalidades que tienen como alcaldesa a una mujer.

* Hace 10 años solo 20% de mujeres peruanas eran jefes de hogar. Hoy en día la cifra ha aumentado a 28%.