En el centro poblado La Rinconada opera la comunidad de más grande de Puno. Alrededor de su actividad se ha tejido toda una red de explotación laboral y sexual que, a pesar de ser bastante conocida, permanece impune. Pero a esta situación ahora se suma un nuevo problema: bandas de asaltantes que han empezado a sacar su propia tajada de esta maraña de ilícitos. 

Esto se ha evidenciado en uno de los últimos operativos de la Policía en Puno, donde tras un minuicioso trabajo de inteligencia de los agentes del Ministerio del Interior.
Perú21 conoció los detalles de las organizaciones que se están enfrentando a balazos con los traficantes, convirtiendo a Puno en tierra de nadie. 

LA RUTA DEL COMERCIO
Los lugares más importantes para extraer metal ilegal en la región del altiplano son los centros poblados La Rinconada y Sol de Oro. Ambos están ubicados en el distrito de Ananea, provincia San Antonio de Putina, a má de 5,000 metros sobre el nivel del mar. 

No se conocen registros exactos de la cantidad de oro producido por las minas de esa zona, pues, la explotación se hace de manera totalmente clandestina

Lo que sí se sabe es que la ciudad de Juliaca se ha convertido en el principal foco de tráfico del metal. La mayor parte del oro extraído en Puno es acopiado y comercializado en dicho distrito. 

Según información de Inteligencia de la Policía a la que este diario tuvo acceso, existen dos rutas que usan los traficantes para mover su mercancía.

Las rutas de tráfico de oro en Puno
Las rutas de tráfico de oro en Puno

El camino más concurrido tiene una longitud de 175 Km. y parte de la carretera de La Rinconada, siguiendo por Cojata, Vilquechico, Huancané, Chupa, Arapa y Juliaca. 

La segunda ruta es más larga e inhóspita, pero es la alternativa de los traficantes para evitar enfrentarse a los ladrondes. Son 212 Km. entre trocha y asfalto que inician desde La Rinconada, suben por Ananea, Picotani, Murani, Azángaro, Calapuja y termina también en Juliaca.

Varios traficantes han optado por invertir más tiempo y combustible en el camino alterno. Pues, las bandas de ladrones prácticamente se han instalado en el tramo de la carretera entre Vilquechico y Huancané. Ahí se han registrado la mayor cantidad de enfrentamientos que ha conocido la Policía durante el año pasado. 

Las bandas de asaltantes llevan armas de largo alcance tipo AK-47 y revólveres. Cuando aparecen las camionetas con los cargamentos de oro (entre 50 y 100 kilos) los atracadores se enfrentan a balazos con cuadrillas de traficantes de hasta cuatro personas. Todos varones. 

Esto no significa que por el camino más largo se pueda transportar el metal sin complicaciones, pues ahí también se han registrado algunos enfrentamientos. Además, quienes se persiguen por esa vía tienen un alto riesgo de desbarrancarse o quedarse varados debido al camino tan accidentado. 

Ola de ataques a mineros en La rinconada, Puno. (USI)
Ola de ataques a mineros en La rinconada, Puno. (USI)

MUJERES TRAFICANTES
El oro que llega a Juliaca continúa en la mira de los ladrones. La Policía ha detectado que existe una especial incidencia de atracos contra las minoristas, que mayormente son mujeres y comercializan entre tres y cinco kilos del metal. 

Los ladrones acechan a las traficantes, sobre todo, porque saben que no pueden bancarizar su dinero y lo tienen que guardar en sus casas o almacenes. 

“Si hay una señora que va a bajar con oro, hay gente que da la dirección y los asaltantes se ocupan de ‘marcarla’ para saber qué días baja y qué días sube. Luego, cuando ya han hecho la venta, (los ladrones) dan el golpe”, cuenta un agente de la policía. 

La Policía incluso ha identificado que las horas más frecuentes para los atracos a domicilio son las seis de la tarde y las once de la noche. Los asaltantes se meten a las casas de las minoristas y las golpean hasta que revelen donde esconden su dinero

“Cuando hacen el asalto el hombre no está en la casa porque trabaja en la mina o de lo contrario es comerciante. Las señoras solo denuncian que les han robado celulares, televisores y que se han llevado a penas cinco mil o diez mil soles. Nunca denuncian lo que les han robado por el oro”, relata una fuente policial. 

Como la extracción y venta de oro está fuera de todo control legal, los traficantes no tienen cómo justificar la procedencia de su dinero y saben que serán investigados por el delito de lavado de activos. 

       

Perú21 conversó con un representante de la Fiscalía de Puno que pidió no ser identificado porque los traficantes y asaltantes lo tienen en la mira, y confirmó que existen muy pocas denuncias por robo de oro, a pesar de que estos violentos enfrentamientos se dan a diario. En los contados casos que se han presentado denuncias, los comerciantes aseguraban no ser dueños de la mercancía, sino solo encargados del transporte y, por ello, desconocían su procedencia. 

El fiscal explicó que los traficantes prefieren omitir los verdaderos montos que les roban por el oro porque pueden recuperar ese dinero en poco menos de un mes. En cambio, tendrán más problemas si se les abre investigación por lavado de activos, pues, la justicia podría detectar su ilícita actividad y todo el daño que originan al medio ambiente. 

“Lo ideal sería que los mineros se formalicen y así puedan explicar la procedencia del dinero o del oro en caso de un asalto, si no, no van a denunciar. Los asaltantes aprovechan eso. Hay mineros muy grandes en La Rinconada que sí pueden formalizarse, pero hay otros muy pequeños que no”, sostuvo el fiscal. 

Los mineros que trabajan en el socavón de la mina lo hacen bajo una modalidad llamada ‘cachorreo’, lo que implica trabajar gratis los primeros veinticinco días del mes. El metal que obtienen los cinco días siguientes son para su propio beneficio, si es que no son asaltados por las bandas que los rondan.

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