Un nuevo estudio revela que el contrabando de cigarrillos ilegales y ropa usada en Perú es solo una pequeña parte de una estructura criminal más amplia y peligrosa. La investigación, titulada "Contrabando y Tráfico de Cigarrillos y Ropa Usada: Economías Ilegales y Amenazas a la Seguridad", fue liderada por el exministro del Interior, Rubén Vargas, y se realizó en Lima, Puno, y Bolivia.
Los hallazgos fueron presentados en el III Encuentro de Gremios y Cámaras Sudamericanas de Lucha contra el Comercio Ilícito, organizado por la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).
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El estudio señala que las rutas y prácticas delictivas utilizadas por los contrabandistas de cigarrillos y ropa usada están estrechamente vinculadas con organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas, armas y personas. Este hallazgo indica que el comercio ilícito no es un delito aislado, sino que forma parte de una red criminal más grande que financia actividades ilegales a gran escala.
El contrabando y el tráfico, aunque diferentes, comparten métodos y actores. Mientras el contrabando implica la evasión de controles sobre productos legales, el tráfico se refiere a la comercialización de productos prohibidos o falsificados. Ambas actividades utilizan rutas que también son empleadas para el tráfico de drogas, armas y personas, creando un sistema interconectado que refuerza el crimen organizado.
Violencia y corrupción en las rutas del contrabando
El control de las rutas del contrabando está en manos de grupos armados que recurren a la violencia y la intimidación para proteger sus intereses. La corrupción es un elemento clave en este sistema, ya que los contrabandistas deben sobornar o extorsionar a funcionarios para garantizar el paso libre de sus mercancías.
El estudio identificó cuatro escenarios principales en estas rutas:
- Salida de oro y/o cocaína que retorna con contrabando.
- Ingreso y salida continua de mercancías legales e ilegales (conocido como “culebra”).
- Transporte individual de pequeña escala (llamado “hormigueo”).
- Distribución conjunta con otros productos de contrabando e ilegales, como drogas y armas.
- Estas prácticas comparten métodos comunes con las cadenas de suministro del crimen organizado, incluyendo la extorsión, el pago de cupos y el uso de seguridad armada para protegerse de controles y competidores.
Impacto en la seguridad y la economía
Rubén Vargas, presidente de Diálogo Ciudadano, advirtió que la creciente fusión de organizaciones criminales transnacionales con grupos locales dedicados a actividades ilegales está generando un grave impacto en Perú. "El 90% de las muertes violentas nacen de las economías ilegales. Hemos constatado que tanto la ropa usada como el cigarrillo son comercializados por los mismos actores y estructuras criminales involucradas en el tráfico de drogas, cocaína y el oro ilegal", afirmó Vargas.
Claudia Sofía Linares, presidenta de la Comisión Lucha contra el Comercio Ilícito de la SNI, destacó que el contrabando ya está afectando a la población a través de un aumento en extorsiones, robos y delincuencia común. Según la SUNAT, el Perú pierde aproximadamente S/ 600 millones al año por contrabando, aunque estimaciones privadas indican que la cifra podría ser aún mayor.
Por su parte, Pilar Lizana Toresano, experta en Seguridad Internacional y Comercio Ilícito Transnacional de ATHENALAB-Chile, enfatizó que la corrupción es un aliado estratégico para las organizaciones criminales, quienes buscan infiltrarse en el Estado para facilitar sus actividades ilícitas.
Finalmente, el General PNP Nilton Santos Villalta, jefe de la Dirección de la Policía Fiscal de Lima, informó que en lo que va del año 2024 se han desarticulado cinco organizaciones criminales, algunas de ellas dedicadas al tráfico de diamantes y la comercialización ilícita de paquetes de streaming. Estos avances demuestran la complejidad y peligrosidad de la red criminal que opera en el país, donde el contrabando de cigarrillos y ropa usada es solo la punta del iceberg.
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