Ni una menos: Diecinueve niñas de 9 y 10 años fueron violadas y ya son madres

Las cifras de la Policía Nacional sobre violaciones sexuales en el Perú no solo sorprenden sino que indignan y horrorizan. El año pasado se presentaron en todo el país 5,638 denuncias por violencia sexual y, en el 71% de los casos, las víctimas fueron menores de edad. Como si eso no fuera poco, según el reporte del Seguro Integral de Salud (SIS), el año pasado, 14 niñas de 10 años y 5 de tan solo 9 años se convirtieron en madres, lo que quiere decir que tuvieron un hijo de sus violadores.

Las estadísticas son escalofriantes. El registro de la Dirección de Estadística de la Policía Nacional –proporcionado a este diario por la Asociación de Comunicadores Sociales Calandria– revela que 9 adolescentes son violentadas sexualmente cada día en el Perú. En el 93% de los casos, las víctimas son mujeres y en el 61% tienen entre 10 y 17 años de edad.

Lo peor es que los agresores no son ajenos a las víctimas. La investigación da cuenta de que en casi el 18% de los casos, el violador fue un vecino que tenía cercanía a la familia y usó la fuerza física para ultrajar a su víctima, sin que sus padres se dieran cuenta. Empero, en otras ocasiones el agresor también fue un familiar, como un tío, un padrastro o el propio padre o abuelo.

Lamentablemente, en el 89% de los casos, las denuncias siguen en la Fiscalía, a la espera de que se abran procesos contra los acusados, sin que se repare el daño a la víctima y sin que esta reciba atención médica y psicológica oportuna.

Matilde Cobeñas, comisionada de la Adjuntía para la Niñez y Adolescencia de la Defensoría del Pueblo, indicó que actualmente las víctimas de violaciones sexuales no ejercen su derecho a la justicia por las demoras y trabas que se presentan al poner la denuncia, pasar la entrevista única por la cámara Gessel o esperar por el procesamiento de su caso.

“Las atenciones no se están haciendo de inmediato, por ejemplo, las entrevistas en las cámaras Gessel se hacen con meses de retraso y, tal como las víctimas de violencia, los menores también deben pasar por procesos largos y engorrosos y enfrentar a policías, fiscales y hasta periodistas que los revictimizan. Todo este sistema de atención debe cambiar y ser más expeditivo”, anotó.

Cobeñas refirió que también hace falta una atención inmediata al niño porque las consecuencias de una violación sexual en un menor de edad “pueden ser permanentes e irreversibles” y si no recibe atención especializada, la víctima puede convertirse en una persona violenta, insegura, con dificultades emocionales o repetir el patrón de violencia. “El Ministerio Público y los Centros de Emergencia Mujer dan atención, pero es insuficiente y el Ministerio de Salud no tiene atención especializada para víctimas de violación sexual a menores de edad”, anotó.

NIÑAS MADRES

Pero eso no es todo. Según el reporte del SIS, entre los años 2010 y 2016, un total de 60 niñas de 9 y 10 años se convirtieron en madres, así como 182 pequeñas de 11 años y 573 de solo 12 años. “En el 80% de esos casos es obvio que la gestación fue producto de una violación. Pero, además, en ese lapso hubo 151,930 casos de madres adolescentes”, aseveró Lourdes Sandoval, coordinadora de proyectos de Calandria.

“La realidad es espantosa. Estamos hablando de niñas de 9 años que han perdido su proyecto de vida. Cada día, 4 adolescentes de entre 10 y 14 años se convierten en madres, pese a que no están preparadas para eso. Eso sin considerar que con un embarazo a esta edad una niña tiene cuatro veces más riesgo de morir que una mujer adulta durante el parto”, agregó Sandoval.

La especialista refirió que aunque en el Perú existe un Plan Nacional de Embarazo Adolescente, la problemática de la maternidad por violencia sexual está muy poco visibilizada. Por ello, Calandria ha iniciado la campaña “Ya no es un secreto”, que busca crear conciencia de las situaciones de riesgo que pueden existir en los hogares para que los padres las reconozcan a tiempo y eviten más agresiones.

“Los padres hoy en día dedican muchas horas al trabajo y muy poco tiempo para dialogar con sus hijos de estos temas. La violencia sexual siempre es un acto de coerción de un adulto a un niño o adolescente y muchas veces los menores callan porque no entienden que eso no es normal”, manifestó Sandoval.

EN LAS ESCUELAS

Pero la violencia sexual contra niñas y adolescentes no solo se da en los hogares. También es un problema que se presenta con mucha frecuencia en el ámbito escolar, aunque en muchos casos no se hacen las denuncias. El estudio “Desenrollando la madeja de la impunidad”, hecho en la provincia de Condorcanqui, en Amazonas, por el Ministerio de Educación y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), encontró que la Comisión de Procesos Administrativos de la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) inició –entre 2014 y 2015– 84 procesos por casos de violencia sexual contra profesores y personal administrativo que abusó de menores de edad. Además, se determinó que, en la referida provincia, 15 de cada 100 nacimientos son de madres adolescentes y la cifra representa el triple del promedio nacional.

“Esto revela que además de la grave afectación a la salud física y mental de las víctimas, existe una estrecha y lamentable relación entre violencia sexual, embarazo adolescente y deserción escolar, lo que sin duda tiene impactantes consecuencias en el proyecto de vida y el desarrollo de las mujeres”, comentó Elena Zúñiga, representante del UNFPA en el Perú.

Melisa Bustamante, especialista del UNFPA, señaló que por ello la prevención desde la escuela es un factor clave para reducir el número de casos. “Una educación basada en el enfoque de género y derechos humanos, con mensajes de igualdad puede prevenir casos de violencia desde los primeros años de vida”, aseveró.

Tenga en cuenta:

* En el Perú no existe un registro único de casos de violencia sexual. La Policía Nacional tiene un registro, pero el Ministerio Público maneja su propia estadística y los Centros de Emergencia Mujer también.

* La Defensoría del Pueblo ha implementado el sistema de intervención defensorial para casos de violencia sexual, el cual busca tener su propio registro de casos para atenderlos de forma más eficiente y hacer que los diferentes sectores cumplan su función.

* Una encuesta de Calandria sobre embarazo adolescente reveló que mientras el 10% de escolares considera el tema como un problema que puede afectarlos, solo 3% de padres reconoce la problemática y por ello no se previene.